En nuestro país, el cáncer de próstata es una de las neoplasias más frecuentes en el hombre. Siendo aun una enfermedad previsible, es la segunda causa de muerte, después del cáncer pulmonar. Es importante saber que esta enfermedad puede ser detectada precozmente gracias a estudios en la sangre a partir de los 50 años.
El cáncer del recto es una enfermedad en auge en los últimos 10 años, en nuestro país actualmente ocupa el cuarto lugar, se lo ve con mayor frecuencia en varones, aunque en los últimos años con tendencia en aumento en las mujeres. Existen numerosos factores atribuibles a dicha enfermedad, entre ellas la alimentación, pólipos con tendencia a transformación, factores genéticos, y en ciertas patologías de carácter hereditarias. De todas formas es una neoplasia que puede preverse, así como realizar diagnósticos tempranos con estudios y chequeos clínicos oncológicos, coloproctológicos pudiendo de esta forma llegar a buen puerto. Se aconseja los chequeos en pacientes con cambios en sus hábitos defecatorios, pequeños sangrados, flujos por el ano, sensación de evacuación incompleta; la edad promedio es de 50 años a pesar que últimamente se ve en pacientes más jóvenes. Antes de los años 80 el tratamiento del cáncer rectal era eminentemente quirúrgico, las cirugías eran muy radicales, estos conceptos con el correr de los años fueron cambiando gracias al mejor conocimiento de la biología y el comportamiento de estos tumores. Hoy día la combinación de terapias es fundamental para un mejor control y sobrevida de los pacientes. Para el inicio del tratamiento los pacientes deben tener un chequeo local y de extensión con rectocolonoscopía, tomografía contrastada, resonancia magnética y estudios de laboratorio incluyendo marcadores tumorales.
El cáncer de mama es la neoplasia más frecuente en la mujer, en el mundo entero se detectan cerca de 1.300.000 nuevos casos por año; en nuestro país actualmente ocupa el primer lugar seguida del cuello uterino según las últimas encuestas del registro de tumores. Es un cáncer que va en aumento y es la primera causa de muerte por neoplasia en el sexo femenino. A pesar de todo esto la lucha contra esta terrible enfermedad no se ha detenido y puede lograrse grandes avances en la prevención, diagnósticos tempranos y arsenales terapéuticos de primera línea que puedan controlar y prolongar la vida de las pacientes. El mejor conocimiento de la biología de estos tumores ha orientado a mejorar los tratamientos ya conocidos de hace tiempo.