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El cáncer de laringe es una enfermedad adquirida por el tabaquismo crónico, está ligada directamente con el habito de fumar, muy raramente en fumadores pasivos y últimamente en algunos casos relacionadas con el papiloma virus humano (HPV). Se los ve con mayor frecuencia en hombres y la edad promedio es de 50 años. La laringe se divide en tres regiones anatómicas: la glótica, supraglótica y la infraglótica. En la glótica se encuentran las cuerdas vocales; esta región se ubica anatómicamente en la parte media del órgano laríngeo para ser exacto detrás del cartílago tiroideo (manzana de Adán). Los tumores se originan con mayor frecuencia en esta región, seguida de la supraglótica y en menor frecuencia en la infraglótica. Es muy importante comprender estas regiones ya que los signos y síntomas están dados según donde asienta el tumor. Por ejemplo, los cambios de la voz en un fumador, como una ronquera que no cede y empeora en forma progresiva, está relacionada directamente con las cuerdas vocales. Otros síntomas como la sensación de tener un bulto en la garganta y dolor en los oídos al tragar tienen relación directa con la región supraglótica. Ante estos signos y síntomas el paciente debe acudir de inmediato al otorrino para su chequeo; el examen es rápido y práctico permitiendo de esta forma tener una orientación apropiada de la patología en cuestión.
Es sumamente importante acudir al especialista en forma temprana esto permite realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad, los tumores de las cuerdas vocales tienen buen pronóstico y en etapa temprana una alta chance de curación, de igual manera para los supraglóticos. Las neoplasias de la región infraglótica son raras, en general son tumores de la región glótica que al crecer invaden esta zona. Su pronóstico es malo ya que siempre se trata de tumores avanzados.
Multidisciplinarios
Los tratamientos del cáncer laríngeo son multidisciplinarios, en etapas tempranas y sobre todo en tumores de asiento glótico (cuerdas vocales). De preferencia optamos por la radioterapia, que puede ser sola o asociada a una quimioterapia acorde al tamaño del tumor. Esta modalidad terapéutica tiene dos ventajas: ofrece el mismo resultados que una cirugía radical y se puede conservar la voz.
En enfermedades más avanzadas y sobre todo, en tumores de la región supraglótica que tienen la particularidad de ser altamente metastásicos en cadenas ganglionares de la región cervical se pueden plantear diferentes opciones terapéuticas. Cirugía, quimioterapia, radioterapia, todas se utilizan y siempre van asociadas, y dependen de la situación clínica de cada paciente. La secuencia ideal de los tratamientos en estas condiciones es iniciar con una quimioterapia previa llamada neoadyuvancia. Dos a tres ciclos cada 21 días, y posteriormente una asociación de radioterapia/quimioterapia. En un porcentaje elevado las respuestas son muy favorables permitiendo en ocasiones conservar el órgano, quedando la cirugía como elemento de rescate en los pacientes que a largo plazo pudieran recaer. Caso contrario, también son operados aquellos pacientes que no lograron una respuesta completa.
En conclusión, podemos decir que el pronóstico del cáncer laríngeo es bueno, considerando que se trata de una enfermedad puramente local y regional (ganglios). No se disemina a otros órganos, de ahí la importancia que las consultas sean tempranas a fin de realizar un diagnóstico precoz y orientar el tratamiento apropiado.
Las palabras claves son: Fumador, cambio de la voz = consultar con el especialista porque se puede tratar de un cáncer.
ruben@tigo.com.py
(*) Oncólogo radioterapeuta.