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La radioterapia/quimioterapia previa a la cirugía está demostrado que es el mejor esquema para el manejo de estas enfermedades. Esto permite una cirugía menos radical, y en ocasiones no realizarla, ya que a veces la respuesta al tratamiento previo es completa, es decir el tumor desaparece.
Son de suma importancia los controles del paciente durante y después del tratamiento radioterapia/quimioterapia con el fin de orientar una buena conducta terapéutica.
En general, el procedimiento es bien tolerado, la quimioterapia es administrada vía oral durante todo el tiempo de las sesiones del tratamiento radiante. No se produce caída del pelo, náuseas, ni vómitos como en otras líneas de quimioterapia. En cuanto a la radioterapia deben ser bien conformados acorde a cada caso, bajo controles estrictos radiológicos y exámenes proctológicos en búnker (sala de tratamiento).
Actualmente los protocolos de tratamiento del cáncer rectal están bien establecidos, sobre todo en los estadios iniciales, de ser factible un gesto quirúrgico posterior a un tratamiento de radioterapia/quimioterapia. La misma deberá efectuarse entre las ocho a diez semanas de la última sesión de radioterapia. Esto permite tener un mejor panorama de la zona en tratamiento, relacionado con la regresión tumoral.
El éxito del control local de la enfermedad se fundamenta exclusivamente en un buen tratamiento previo de radioterapia/quimioterapia y de un cirujano con experiencia en el área.
(*) Médico oncólogo radioterapeuta.