¿Por qué se tiene que hacer la reforma agraria? ¿Por qué fracasaron los intentos de la reforma agraria en distintos gobiernos sucesivos hasta el presente? ¿Qué fórmula diferente hay que aplicar? En este artículo trataremos de responder a estas preguntas a la luz de un criterio netamente técnico, a pesar de que la solución del problema de la tierra pasa irremediablemente por lo “político”, porque golpea al grupo más poderoso con mucho poder económico/político.
En publicaciones anteriores habíamos señalado que para cualquier país y, en especial para el Paraguay, es muy importante fortalecer un sistema de planificación y cumplir el precepto constitucional que los planes serán de aplicación obligatoria para el sector público y servirá de orientación para el sector privado (Constitución Nacional Arts. 176 y 177). Esta herramienta será de gran utilidad para enfrentar con éxitos al enemigo número uno de los paraguayos: La pobreza.
La planificación es una herramienta de gestión para cualquier empresa o Gobierno. Como los recursos son limitados y las necesidades de la sociedad son mayores que dichos recursos –materiales y humanos– se debe priorizar las necesidades y asignar recursos a dichas prioridades para alcanzar los objetivos nacionales.
No existen países ricos ni pobres, sino países bien y mal administrados. Todas las personas, empresas y países necesitan administrar sus escasos recursos de la mejor manera posible, para lograr sus objetivos con el menor costo. Tales recursos se caracterizan, además de ser escasos, de usos alternativos y distribuidos en forma heterogénea en el mundo