29 de abril de 2025
Frente a una masiva concurrencia de jóvenes en la Costanera de Asunción, el papa Francisco les exhortó a cambiar la sociedad. A tres años de aquella memorable visita, aún resuena el pedido del Sumo Pontífice: “Hagan lío que nos dé un corazón libre”.
En su reciente viaje apostólico a Ecuador, Bolivia y Paraguay, el papa Francisco arremetió contra el descarte, los atentados al ecosistema y la economía que no está al servicio del pueblo. Sin embargo, solo en nuestro país pidió al presidente Cartes luchar contra la corrupción. No lo hizo en los otros países, donde también la corrupción es causa de la pobreza.
Indudablemente, el papa Francisco es un líder carismático mundial, capaz de generar suficientes seguidores. Un líder, desde luego, es una persona a quien uno seguiría para llegar a lugares a donde uno probablemente no iría por sí solo. Pero un líder necesita de seguidores. Por eso, Francisco necesita de todos nosotros. Él es fundamentalmente una creación de nuestras necesidades en el mundo en que vivimos.
Como ningún otro en nuestro país, el papa Francisco ha logrado que millones de personas intenten querer ser y estar mejor en el mismo tiempo y en el mismo lugar. Francisco trajo esperanza y alegría, lo dice la gente. Todos hallaron su espacio para expresar sus pensamientos y sentimientos a través de las redes sociales y en la charla cara a cara.