Transporte público

En realidad, el título debió ser “Transporte público del área metropolitana de Asunción” pero no da el espacio: Uno de los mayores negocios prebendarios de nuestra República que se hace con la excusa de ayudar a los pobres pero con la intención de enriquecer a los ricos.

No hay demagogo político paraguayo que no se llene la boca con el tema del subsidio a los pobres en el transporte público, aunque se cuidan muy bien de confesar que su “subsidio” fue en realidad, según cifras del senador Líder Amarilla, una transferencia de doscientos cuarenta y ocho millones de dólares que pagamos todos a los amigos ricos de dichos demagogos.

Pero empecemos por el principio: Este subsidio, y todo subsidio, es una injusticia por la que se obliga a todos los contribuyentes a pagar a un grupo privilegiado. Como dice Javier Milei, es un robo a mano armada, pues se usa la fuerza coercitiva del Estado para despojar del fruto de su trabajo a todos para dárselo a algunos pocos con cualquier excusa.

El trabajador que se rompió el culo para tener un auto o una moto no tiene por qué pagar nada a nadie. Ya paga suficiente con sus impuestos por los que recibe pésimas contraprestaciones. El IVA no discrimina, lo pagamos todos, inscriptos o no inscriptos.

Y el subsidio es un desvío ilegítimo e inmoral de recursos que deberían usarse para que las contraprestaciones no sean tan malas pero que sin embargo se asignan a beneficiar a grupos particulares con excusas pueriles y ridículas.

Además este subsidio particular para el transporte público del área metropolitana es una afrenta a todos los demás paraguayos, los de Ciudad del Este, los de Encarnación, Pedro Juan, etc., que no reciben ningún subsidio y que no andan generando narrativas corruptas sobre la pobreza.

Acá no habrá ninguna reforma del transporte público independientemente de cómo quieran maquillarla el gobierno o los políticos demagogos de todos los colores, porque la única reforma real del asunto es la única de la que no hablan y de la que odian hablar.

Este reforma es establecer el sistema de mercado puro para el sistema: El concurrente interesado en ofrecer el servicio, sin subsidio de ninguna clase, participa con itinerarios licitados sin privilegios cada cierto tiempo. Si el negocio le es rentable, sigue y si no le es rentable, quiebra, como cualquier hijo de vecino.

Creo que hay que empezar a evidenciar a los políticos demagogos y sus excusas lacrimógenas que tienen el único propósito de engañar a las mayorías para depauperarlas y enriquecer a oligarcas sin vergüenza. Demasiado daño han causado ya como para que puedan seguir mintiendo para robar.

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