Otro angustioso llamado por la salud pública

No es de extrañar que, en el novenario en honor a la Virgen de Caacupé, el obispo de la diócesis de Villarrica, monseñor Miguel Ángel Cabello, se haya ocupado ayer amplia y rigurosamente del calamitoso estado de la salud pública, porque es una de las preocupaciones fundamentales de gran parte de la población, especialmente de la más necesitada. Se trata de una situación intolerable, causada por la corrupción, el derroche, la ineptitud y la indiferencia de las autoridades competentes. “Los mismos profesionales de la salud se quejan, se sienten decepcionados e impotentes al no poder dar respuestas a los pacientes que se acercan con esperanza de curación a las instituciones públicas de salud”, sostuvo. Y agregó que “...solemos escuchar que existen negociados en estos ámbitos”, sobre lo que lamentó que “enriquecerse aprovechándose de las necesidades de la gente, como la salud, es no solamente injusto, sino cruel, criminal, abominable”.

No es de extrañar que, en el novenario en honor a la Virgen de Caacupé, el obispo de la diócesis de Villarrica, monseñor Miguel Ángel Cabello, se haya ocupado ayer amplia y rigurosamente del calamitoso estado de la salud pública, porque es una de las preocupaciones fundamentales de gran parte de la población, especialmente de la más necesitada. Se trata de una situación intolerable, causada por la corrupción, el derroche, la ineptitud y la indiferencia de las autoridades competentes. “Los mismos profesionales de la salud se quejan, se sienten decepcionados e impotentes al no poder dar respuestas a los pacientes que se acercan con esperanza de curación a las instituciones públicas de salud”, sostuvo. Y agregó que “...solemos escuchar que existen negociados en estos ámbitos”, sobre lo que lamentó que “enriquecerse aprovechándose de las necesidades de la gente, como la salud, es no solamente injusto, sino cruel, criminal, abominable”.

Recalcó que “la atención cualificada no debe ser privilegio de unos pocos”, por tratarse de un derecho constitucional. Por tanto, puso énfasis en el deber estatal de atender la salud de toda la población y lamentó que sea frecuente la “carencia de lo esencial para una simple atención”. Al respecto, cabe señalar que, según noticias difundidas en los últimos días, en el quirófano del Hospital Regional de Villarrica falta una lámpara cialítica desde hace ocho meses, razón por la cual allí solo se realizan operaciones de suma urgencia, con el uso de linternas.

Por su parte, precisamente ayer, en el Día del Médico, profesionales del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y Ambientales (Ineram) mencionaron que ante la falta de un esternótomo para atender una urgencia debieron ir a buscar uno a la casa del cirujano, y meses después, ante el reclamo, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) envió un serrucho eléctrico de ferretería en vez del elemento requerido.

Monseñor Cabello aludió también a un tema que hasta resulta bochornoso para nuestro país. Exhortó a no permitir más que “los ciudadanos paraguayos sigan deambulando y mendigando la atención de la salud en los países vecinos, aunque sean muy misericordiosos aún”. Precisamente la prensa difundió en los últimos días informaciones y fotografía de una ambulancia perteneciente a la propia Municipalidad de Pilar, que según se mencionó en la nota, diariamente cruza el río en balsa para llevar enfermos paraguayos al lado argentino. Si el exlegislador y hoy vicepresidente de la República, Pedro Alliana, oriundo de Pilar, a donde viaja periódicamente, no está enterado de esta situación, sería conveniente que lo haga. Aunque, según la ministra del ramo, María Teresa Barán, “nadie quiere venir a Pilar a trabajar”. ¿Habrá que creerle?

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El prelado se preguntó cómo puede haber desarrollo con una población enferma; en realidad, se trata de una cuestión que los gobernantes no se plantearían, lo mismo que la del analfabetismo funcional como obstáculo para el progreso: es improbable que el crecimiento del país les importe tanto como su propio bienestar, adquirido o aumentado a como dé lugar.

Afirmó que “la atención cualificada no debe ser privilegio de unos pocos, de unos cuantos bendecidos por una abundancia económica, o de avivados oportunistas”, y sostuvo que “la atención de la salud es un derecho humano, un derecho constitucional”. La prédica señaló además que debe atenderse no solo la salud física, sino también la psicológica, ya que “los casos de enfermos mentales en este tiempo han aumentado de forma dramática”. El obispo acertó al referirse a la prevención de las enfermedades, para lo cual sería esencial velar por el medio ambiente.

Debe señalarse que, mientras también los hospitales del Alto Paraná se hallan en pésimas condiciones, Itaipú Binacional financia con unos 5.896 millones de guaraníes la construcción en Ciudad del Este de una Villa Navideña, que estará abierta entre el 12 y el 20 de diciembre próximos. Este “gasto social” debió haber tenido un mucho mejor destino, considerando la tragedia referida por monseñor Miguel Ángel Cabello. Por ejemplo, alimentar a pacientes del Ineram por tres años, como lo sugirió un médico de ese nosocomio. Pero tal como están las cosas, lo que en este país importa, al parecer, es que los que están en el poder vivan cómodamente, aunque en el sistema sanitario falte de todo.