La magia de Jiufen, Taiwán: entre faroles, té y mitos de Studio Ghibli

Enclavado entre montañas y el mar, Jiufen, Taiwán, emerge como un laberinto de tradición y belleza. A medida que sus faroles rojos iluminan el misterio, la influencia de la minería y el turismo teje un relato contemporáneo fascinante.

Pueblo de Jiufen, fondo de casa de té.
Pueblo de Jiufen, fondo de casa de té.Panuwat Dangsungnoen

Un laberinto de té, faroles y niebla

Colgado en la ladera de una montaña con vistas al mar, Jiufen se despliega en pasajes estrechos, escaleras interminables y balcones cubiertos de bruma.

Las casas de té —algunas centenarias— combinan maderas oscuras, vitrales y tetereas que perfuman el aire con oolong de altura.

Jiufen, Taiwán.
Jiufen, Taiwán.

Al anochecer, los faroles rojos se encienden y la paleta se vuelve cinematográfica: carteles caligráficos, sombras en las galerías y una luz cálida que resalta techos de tejas y barandas de bambú.

¿Inspiración de El viaje de Chihiro? El mito y la aclaración

La semejanza con escenas de El viaje de Chihiro, de Studio Ghibli, alimentó durante años lecturas entusiastas.

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Escaleras empinadas, fachadas con linternas y una gran casa de té alimentaron la comparación. Sin embargo, Studio Ghibli y su productor Toshio Suzuki han desmentido una relación directa entre Jiufen y la película, una precisión recogida por medios como BBC y The Guardian.

La negación no apaga el magnetismo: la estética del pueblo calza con el imaginario ghibliano de luces suaves, tránsito peatonal y oficios tradicionales.

De pueblo minero a postal global

Jiufen creció alrededor de la minería de oro y del comercio de montaña. Tras el declive de la actividad, el turismo revitalizó la economía local.

Jiufen, Taiwán.
Jiufen, Taiwán.

Hoy, puestos de comida ofrecen bolas de taro, pasteles de piña y té servido en juegos de cerámica; artesanos venden papel, máscaras y sellos tallados.

El perfil urbano se mantuvo en su traza básica —calle principal, escaleras laterales, miradores—, lo que contribuye a su coherencia visual. Las terrazas escalonadas suman ahora cafés y casas de té con ventanales hacia el Pacífico.

La foto perfecta y el costo de la fama

Las redes sociales catapultaron a Jiufen como destino de “una noche y mil faroles”. En temporadas altas, la densidad peatonal vuelve lenta la circulación y complica la vida diaria de residentes y servicios básicos.

Casa de té en Jiufen, Taiwán.
Casa de té en Jiufen, Taiwán.

Autoridades locales y la Oficina de Turismo de Taiwán han promovido campañas de visita en horarios menos concurridos y rutas alternativas para repartir el flujo, además de pautas de convivencia —no bloquear escaleras, moderar el volumen, respetar señalética—.

Comerciantes consultados por prensa local señalan ingresos sostenidos pero también alquileres en alza y presión sobre pequeños talleres.

Té, ritual y paisaje

La experiencia de té en Jiufen no es solo consumo, sino un pequeño rito: selección de hojas, enjuague de tetera, infusión breve y múltiples vertidos que revelan capas aromáticas.

Té chino.
Té chino.

En casas tradicionales, el servicio se acompaña de dulces suaves que equilibran astringencia y tostados. La bruma frecuente realza el entorno sonoro —pasos, campanillas de puertas, goteos— y convierte balcones en escenarios contemplativos.

Si buscás una postal menos saturada, conviene explorar callejones laterales, donde talleres familiares exhiben caligrafía o encuadernación.

Más allá del “parecido a Ghibli”

La etiqueta “como un film de Ghibli” funciona como puerta de entrada, pero no agota la identidad de Jiufen. Historiadores locales recuerdan su rol en la red de pueblos mineros de montaña, y guías culturales enfatizan la mezcla de influencias chinas, japonesas y taiwanesas visible en carpinterías, aleros y tipografías de negocios.

La continuidad peatonal, la iluminación baja y el foco en oficios manuales explican por qué la comparación prende tan fácil, pero también invitan a mirar la materialidad del lugar sin intermediarios de ficción.

Consejos para una visita responsable

  • Elegir horarios de menor afluencia y planificar rutas que incluyan miradores periféricos.
  • Priorizar casas de té y talleres familiares; preguntá por orígenes del té y métodos de tostado.
  • Evitar bloquear escaleras y respetar la señalización; los pasajes son vías de uso cotidiano.
  • Llevar efectivo para compras pequeñas; algunos comercios no operan con tarjetas.
  • Reducir residuos y reutilizar envases; los puntos de basura son limitados en las laderas.
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