Conocida por su rica historia, sus tradicionales casas antiguas y su legado artístico, Villarrica se consolida como una alternativa interesante para quienes buscan descanso, cultura y contacto con la naturaleza.
El recorrido turístico puede realizarse por cuenta propia o con el acompañamiento de guías turísticos, con el respaldo de la Secretaría Municipal de Turismo.
Entre las opciones destacadas se encuentra el recorrido por el circuito urbano de las casas antiguas, el paseo de los murales, el Paseo Manú, los jardines de Chiquitunga y la exestación de trenes. Estos espacios combinan arquitectura histórica con propuestas modernas para el disfrute en familia o con amigos.
Uno de los mayores atractivos de la ciudad es el Museo Municipal “Maestro Fermín López”, ubicado detrás de la Catedral Espíritu Santo.
Este caserón de 1842 resguarda una valiosa colección de objetos, documentos y reliquias relacionadas con la historia de Villarrica y de sus personajes ilustres.
El museo ofrece una experiencia enriquecedora con salas temáticas como la dedicada al vate guaireño Ortiz Guerrero, que contiene retratos, cartas, manuscritos y objetos personales.
Otro símbolo viviente de Villarrica es el tradicional karumbé, carro tirado por caballo que continúa funcionando como medio de transporte. Su uso se mantiene desde la década de 1940 y es una atracción tanto para los visitantes como para los propios ciudadanos.
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El Parque Manuel Ortiz Guerrero es otro de los lugares imperdibles. Además de contar con el lago Ykuá Pytã y ser hábitat de carpinchos, garzas y patos, es un espacio ideal para el descanso y la contemplación. Este sitio inspiró a Ortiz Guerrero para escribir versos como “Panambí Verá”, y cuenta con un monumento en su honor.
Dentro del parque también se encuentra la Fuente de los Enamorados, una obra construida en la década de 1990 con una leyenda romántica: quienes beban juntos de su agua, quedarán unidos para siempre. Es un lugar muy frecuentado por parejas y turistas curiosos que buscan conocer más sobre las tradiciones locales.
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La exestación de ferrocarril Carlos Antonio López es otro sitio que invita a un paseo por el tiempo. Aunque ya no funciona como estación activa, el edificio y su entorno siguen siendo puntos muy concurridos, ideales para tomarse fotografías, descansar o compartir un momento ameno en un entorno de patrimonio histórico.
A pocos pasos se encuentra el silo del barrio Estación, una edificación patrimonial protegida por ley. Fue construido en la década del 40 y servía para el acopio de granos. Actualmente es hogar de aves silvestres y sigue siendo un punto llamativo por su valor arquitectónico.
Villarrica también ofrece un circuito turístico religioso conocido como el “Circuito de Fe” con visitas a siete iglesias y al santuario natural de la Virgen del Paso. Este circuito permite conocer templos históricos como la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, construida en piedra con diseño neorrománico, y otras iglesias emblemáticas como San Miguel, Santa Lucía, Santa Librada y la Catedral Espíritu Santo.
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El recorrido culmina en el santuario natural de la Virgen del Paso, en Itapé, ubicado a 17 kilómetros de Villarrica, a orillas del río Tebicuarymí. Este sitio es visitado masivamente en diciembre por fieles que peregrinan hasta allí, pero está abierto al turismo religioso todo el año.
La información y destinos que ofrecen estos recorridos se encuentra disponible en un apartado al cual se puede acceder desde la aplicación Google Maps, mientras que las reservas para el recorrido guiado por el Circuito de Fe pueden realizarse a través del número (0982) 502806.