1 de abril de 2025
El escándalo que nuevamente sacude a la Justicia paraguaya con el caso conocido como “la mafia de los pagarés” demuestra que el crimen organizado no solo se dedica al narcotráfico, el sicariato, al lavado de dinero o a los crímenes transnacionales. También está instalado en la justicia paraguaya, en el mostrador de algún juez, en el maletín de algún actuario judicial y en los bolsillos del saco color gris oscuro que pasea por los tribunales. A la vista de todos, y estrechando las manos de personas humildes que acuden confiados en que Astrea podrá devolverles la paz. Algunos casos conmocionaron al Poder Judicial y al Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, como el del extinto senador Óscar González Daher, y más recientemente el de los chats filtrados del fallecido diputado Eulalio “Lalo” Gomes. No obstante, cuesta recordar otro momento en la historia reciente en que se hayan producido imputaciones a mansalva como las que se dieron en el caso de la “mafia de los pagarés”.
El abogado Gustavo Insfrán Alborno presentó en los juzgados a dos testigos con antecedentes para iniciar los embargos de salarios utilizando pagarés cancelados y robados a la Asociación de Funcionarios del IPS. Los testigos ni siquiera son empleados del instituto.
Más de 1.000 funcionarios del Instituto de Previsión Social están padeciendo el descuento ejecutivo de sus salarios por deudas que ya saldaron con la Asociación de Funcionarios del IPS (FIPSA). La entidad denunció el robo de pagarés de sus asociados.
La escribana Susana Ramírez Báez, quien firmó el protocolo de constitución de la SA de los Díaz Verón, adelantó a la fiscalía que para ella la sociedad se integró con dinero y dijo ignorar los pagarés declarados en Seprelad.
CIUDAD DEL ESTE. Ciudadanos brasileños fueron imputados por la supuesta falsificación de pagarés cuyo valor total ronda los US$ 2.500.000.
La especialización creciente de la producción exige un número de intercambios cada vez mayor y hace que surjan las primeras innovaciones financieras para superar algunas de las limitaciones del metal. El transporte de grandes cantidades de metales preciosos es una actividad costosa y arriesgada. Lo mismo ocurre con su almacenamiento y con la determinación de su ley. Para economizar en estos costes, un grupo de personas –probablemente aquellas que por su comportamiento y sus costumbres gozaban de la confianza de los restantes miembros de su comunidad– se especializaron en guardar el dinero de los demás. Seguramente, los primeros custodios del dinero fueron orfebres, ya que, por razón de su oficio, tenían los medios necesarios para manejar y almacenar los metales preciosos. Pero poco a poco, a medida que el uso monetario de esos metales fue ganando en importancia con relación a su utilización como mercancías, algunos de esos orfebres optaron por abandonar su oficio y se convirtieron en los primeros banqueros.