Es bueno que recibamos el año con una expresión cultural. Es la que lava la cara del país en todo tiempo. El pasado día 20, el sociólogo y politólogo José Nicolás Morínigo presentó un excelente ensayo, “El Paraguay del Dr. Francia en el ensayo histórico y en Yo el Supremo”.
Leí con mucha tristeza, en la página 5 del periódico del 4 de noviembre, que «Cartes reivindica al dictador Stroessner y hace intenso proselitismo en el Este». Como en ciertos filmes de terror, el muerto resucita para recordarnos lo que creíamos superado. Y encontré el siguiente artículo, que escribí para Acción, la revista de los sacerdotes jesuitas del Paraguay, en el 2002; creo que hoy no borraría una letra, aunque tampoco, sobre el tema, agregaría otra:
José Nicolás Morínigo, postulante a defensor del Pueblo, propondrá un plan al Ministerio de Educación para incluir los derechos humanos como asignatura, establecer plan de denuncias de violación de DD.HH., abrir oficinas de la Defensoría en el interior y cumplir estrictamente lo que dice la Constitución.
El sociólogo José Nicolás Morínigo advirtió que el país está atravesando momentos muy delicados, donde el narcotráfico se infiltra en la política y aseguró que eso solo se puede erradicar con la participación de la gente para generar cambios.