27 de octubre de 2025

En la era digital, la limerencia ha renacido como un fenómeno omnipresente, donde el amor se confunde con la obsesión. Este estado psicológico puede transformar vínculos en laberintos emocionales, evidenciando la fragilidad entre la atracción y la dependencia.


Nuevamente, la diputada Kattya González estuvo en el centro de la tormenta parlamentaria cuando se refirió a las “reacciones machistas e hipócritas” respecto a sus declaraciones sobre el poliamor. En esta nota te contamos nueve cosas que siempre quisiste saber sobre el poliamor y que nunca te animaste a preguntar. Desde ya, te adelantamos que ser poliamoroso no es nada fácil.

GRANADA. Una investigación de la Universidad española de Granada y la de La Frontera (Chile) ha demostrado que las canciones románticas modifican la temperatura del cuerpo pero que lo hacen en mayor o menor medida en función del grado de enamoramiento de quienes la escuchan, más elevada en parejas estables.
¡Acordate de mí Julia, que a Gus yo le voy conquistar y no volverá a mirar a otra chica, te pongo la firma! ¿Quién no ha hecho esta afirmación al enamorarse del mujeriego de la clase? Muchas veces creemos que es fácil sacarlos del mercado, pero tené cuidado porque para los hombres no hay peor cosa que pasar de ser gallitos a Pupi.

En el enamoramiento se idealiza el objeto amado, y quien se enamora rompe con su yo narcisista proyectando su ser en el otro. El objeto amado se convierte así en la salvación, aunque en muchos casos, en la peor enfermedad. Bachrach, biólogo investigador de la Universidad de Harvard, dice que el cerebro enamorado tiene ciertas similitudes a cuando está mentalmente enfermo o bajo los efectos de una potente droga.