El dólar norteamaricano entró en reversa a una velocidad preocupante, a tal punto que en las primeras dos semanas del mes retrocedió 250 puntos, justo en un momento en que nuestros agroexportadores comienzan a realizar liquidaciones por la venta de sus granos, específicamente soja. Lejos de tomar previsiones con los contratos de forward, estos productores prefieren seguir operando sin su cobertura, mientras los bancos se desgañitan alentando el uso de este instrumento, pero con casi nula respuesta. La moneda patrón del comercio internacional declina posiciones de fortaleza mostradas luego del retiro de estímulos por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y mantiene esta tendencia debido a los datos débiles de la venta minorista en la primera economía del mundo, cuyos bonos se vuelven menos creíbles y, por ende, deben pagar más intereses.