Duchas vaginales: riesgos, mitos y por qué los especialistas desaconsejan su uso

Aunque muchas creen que ayudan a la higiene, las duchas vaginales pueden alterar el equilibrio natural y aumentar riesgos para la salud, según varias investigaciones recientes.

Ducha vaginal, imagen ilustrativa.
Ducha vaginal, imagen ilustrativa.AndreyPopov

Lo que prometen las duchas vaginales

Las duchas vaginales suelen publicitarse como una forma de mejorar la higiene íntima, eliminar olores o prevenir infecciones. Sin embargo, los especialistas en ginecología advierten que estos supuestos beneficios no cuentan con respaldo científico sólido. De hecho, una encuesta realizada por el American College of Obstetricians and Gynecologists reveló que un alto porcentaje de mujeres que usan duchas lo hacen por recomendación publicitaria y no médica.

Alteración del equilibrio natural

El interior de la vagina posee un ecosistema propio de bacterias beneficiosas, especialmente lactobacilos, que protegen contra infecciones y mantienen el pH ácido.

Diversos estudios han mostrado que el uso de duchas vaginales puede modificar este delicado equilibrio, favoreciendo el crecimiento de bacterias y hongos nocivos.

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Una investigación de la Universidad de Michigan reportó que hasta el 40% de quienes usaron duchas mostraron una reducción significativa de lactobacilos.

Riesgo de infecciones y otras complicaciones

Lejos de prevenir infecciones, las duchas están asociadas a un mayor riesgo de vaginosis bacteriana, infecciones por hongos y enfermedades pélvicas inflamatorias.

Según un análisis publicado en la revista Obstetrics & Gynecology, quienes realizan duchas con regularidad tienen entre 1,5 y 2 veces más probabilidades de presentar infecciones vaginales.

Además, el lavado interno puede facilitar la entrada de microorganismos al útero y trompas de Falopio, aumentando la posibilidad de complicaciones como infertilidad o embarazos ectópicos.

Percepción cultural y presión social

En América Latina, la idea de que la vagina requiere una “limpieza extra” persiste por influencias culturales y sociales. Sin embargo, los especialistas insisten en que la autolimpieza natural de la vagina es suficiente, y que solo el uso externo de agua y jabón suave es recomendable.

Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud advierten que la promoción de estos productos refuerza mitos sobre el cuerpo femenino y puede llevar a prácticas perjudiciales.

¿Qué indican las guías internacionales?

Tanto los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades como el Servicio Nacional de Salud británico desaconsejan el uso de duchas vaginales. Las guías clínicas remarcan que, salvo indicación médica puntual, estas prácticas no solo son innecesarias, sino también riesgosas.

La recomendación general es confiar en la capacidad natural de la vagina para mantenerse saludable y buscar orientación profesional ante cualquier duda o molestia.

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