Cambios físicos y emocionales
Durante el posparto, el cuerpo de la mujer necesita tiempo para recuperarse del embarazo y del parto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda esperar por lo menos entre 4 y 6 semanas antes de reiniciar las relaciones sexuales vaginales, aunque cada caso es único y debe respetarse el ritmo individual.
Algunas mujeres pueden experimentar dolor, sequedad vaginal debido a los cambios hormonales o falta de deseo sexual.
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Factores como la fatiga, el estrés y la adaptación a la maternidad pueden influir significativamente.

Asimismo, las cicatrices de una episiotomía o cesárea pueden causar incomodidad tanto física como psicológica.
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Miedos frecuentes
El temor al dolor, al embarazo nuevamente o a no sentir satisfacción sexual es frecuente en esta etapa. La comunicación abierta con la pareja y buscar apoyo profesional son claves para superar estos miedos y recuperar la confianza en la intimidad.
Muchos padres también temen herir o incomodar a sus parejas, lo que puede llevar a evitar la intimidad. La falta de conversaciones abiertas puede intensificar inseguridades y dar pie a malentendidos.
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Tabúes y silencios
La sexualidad en el posparto sigue siendo un tema poco abordado, incluso entre amigas o familiares cercanos. En nuestra sociedad, persisten ideas erradas como que la maternidad es incompatible con el deseo sexual, o que ‘ser buena madre’ implica sacrificar la vida íntima.
El posparto no implica el fin de la vida sexual, sino una oportunidad para explorar nuevas formas de conexión con la pareja, basadas en la comunicación abierta, el respeto mutuo y la empatía.
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Claves para una sexualidad saludable
- Paciencia y comunicación: es fundamental hablar abiertamente de expectativas, miedos y deseos.
- Redescubrir la intimidad: la sexualidad va más allá del coito. Las caricias, los abrazos y el contacto físico son formas válidas de mantener la conexión.
- Consultar con profesionales: ante dudas sobre dolor, técnicas para recuperar la confianza o métodos anticonceptivos, se recomienda acudir al ginecólogo, obstetra o sexólogo.
- No compararse: cada experiencia es única. Evitar mitos o presiones externas ayuda a vivir el proceso con mayor armonía.
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El posparto representa una oportunidad para resignificar la sexualidad en pareja, superando miedos y derribando tabúes. Hablar abiertamente y buscar apoyo cuando sea necesario son los primeros pasos hacia una vida sexual plena y saludable después del nacimiento de un hijo.