Relaciones ambivalentes: por qué te confunden más de lo que te cuidan

Hay vínculos que no dan paz ni claridad: te atraen y alejan, te cuidan y te hieren. Son relaciones ambivalentes, marcadas por señales contradictorias que generan confusión emocional. ¿Por qué se dan y cómo reconocerlas?

Confusión en la pareja.
Confusión en la pareja.Shutterstock

La naturaleza de la ambivalencia

La ambivalencia se define como la coexistencia de sentimientos opuestos hacia una misma persona o situación. En una relación, esto puede manifestarse cuando alguien alterna momentos de calidez y distancia, interés y desatención, compromiso y evasión.

Estas fluctuaciones generan una montaña rusa emocional que te mantiene expectante, tratando de descifrar cuál será la próxima reacción del otro.

Este vaivén no es siempre intencional. Muchas veces, se da de manera inconsciente producto de inseguridades personales, miedos al compromiso o heridas emocionales no resueltas.

Confusión en la pareja.
Confusión en la pareja.

Por ejemplo, quien ha crecido en un ambiente impredecible puede replicar ese patrón en sus relaciones adultas, oscilando entre buscar cercanía y alejarse por temor a la vulnerabilidad.

El impacto en vos

Vivir una relación ambivalente deja secuelas. La confusión y la ansiedad aparecen cuando tus necesidades emocionales quedan desatendidas o cuando las señales del otro son contradictorias.

Esta constante incertidumbre puede erosionar tu autoestima y hacerte dudar de tus propios criterios. ¿Estás exagerando o realmente hay algo que no encaja? ¿Tu intuición te está jugando una mala pasada, o la relación no es tan sana como pensabas?

Mujer confundida.
Mujer confundida.

Además, el cerebro responde a estos estímulos intermitentes generando una especie de “enganche emocional”.

Al igual que sucede en los juegos de azar, la expectativa de recibir una muestra de afecto después de episodios de indiferencia puede volverse adictiva.

Así, te encontrás esperando constantemente alguna señal positiva que justifique quedarte, aun cuando la confusión y el malestar predominan.

¿Por qué te quedás en vínculos así?

Las razones pueden ser diversas. A veces, la esperanza de que la otra persona cambie te mantiene atado. Otras veces, el miedo a la soledad o el temor de enfrentarte a tus propias carencias te impiden soltar ese vínculo.

La creencia de que el amor debe ser sufrido o la idea de que uno puede “salvar” al otro también contribuyen a perpetuar estos lazos.

Salir del círculo: hacia vínculos más nutritivos

El primer paso para romper el ciclo de la ambivalencia es el autoconocimiento. Identificar cómo te sentís en la relación, reconocer tus propias necesidades y poner en palabras lo que ocurre son claves para dar un giro.

La comunicación honesta, tanto con vos mismo como con la otra persona, puede ayudarte a clarificar qué querés y necesitás.

A veces, la verdadera pregunta no es por qué el otro es ambiguo, sino por qué vos aceptás esa ambigüedad en tu vida.

Aprender a poner límites, priorizar tu bienestar emocional y buscar vínculos basados en el respeto recíproco es fundamental para nutrirte de relaciones saludables, lejos de la confusión y el sufrimiento.

Reconocer un vínculo ambivalente es el primer paso para elegir qué tipo de relaciones querés construir. Porque merecés vínculos claros, sólidos y nutritivos, que te sumen y no te resten.

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