La sexualidad humana es tan compleja como diversa. Dentro de ese universo, hay experiencias que intrigan y desafían los límites de lo que creemos posible. Una de ellas es el multiorgasmo: la capacidad de alcanzar varios orgasmos en una misma relación sexual sin una pérdida significativa de excitación.
Si bien se asocia con mayor frecuencia al placer femenino, algunos hombres también aseguran haberlo experimentado, especialmente cuando logran disociar el orgasmo de la eyaculación.
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Pero como ocurre con muchas vivencias sexuales, no hay una fórmula única: lo que para algunas personas es accesible con práctica, para otras puede no darse nunca —y ambas situaciones son completamente normales.
Verdades y mitos sobre el multiorgasmo: lo que realmente importa
Cuando se habla de multiorgasmos, el tema suele rodearse de fascinación, expectativas desmedidas y, claro, muchos malentendidos. ¿Es una capacidad reservada solo para algunas personas? ¿Se puede aprender? ¿Es el orgasmo múltiple la cima del placer sexual? Para responder con honestidad, conviene separar lo que es real de lo que no.

Primero hablemos de lo que sí es cierto. Para empezar, no todas las personas están biológicamente o emocionalmente predispuestas a experimentar multiorgasmos. Es una capacidad que varía enormemente de un cuerpo a otro, y que está influenciada por un conjunto de factores físicos, mentales y hasta relacionales.
Las mujeres, por razones anatómicas y neurológicas, suelen tener una mayor facilidad para alcanzarlos. Su sistema nervioso responde de manera diferente al estímulo continuo, permitiendo que puedan encadenar orgasmos sin pasar por un periodo refractario tan marcado como en el caso masculino.
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Ahora bien, que algo sea posible no significa que ocurra con facilidad. El estrés, la desconexión emocional o la ansiedad pueden bloquear por completo el acceso a este tipo de placer. Es decir: no se trata solo de deseo o técnica, sino también de cómo está uno por dentro.
Ahora le toca al turno a algunos mitos y malentendidos alrededor de los multiorgasmos. Uno de los mitos más extendidos es que con la técnica adecuada, cualquier persona puede convertirse en multiorgásmica. Si bien ciertas prácticas —como el control del ritmo, la respiración o la estimulación continua sin interrupción— pueden facilitar la experiencia, no garantizan nada. El bienestar emocional y la conexión con la pareja también juegan un papel decisivo.
Otro error frecuente: pensar que solo las mujeres pueden ser multiorgásmicas. Aunque es menos común, algunos hombres logran tener múltiples orgasmos, sobre todo aquellos que aprenden a separar la eyaculación del orgasmo a través de técnicas de control y respiración.

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Y por último, quizá la creencia más engañosa: que los multiorgasmos son el clímax definitivo de la sexualidad. La verdad es que la plenitud en la intimidad no se mide por la cantidad de orgasmos, sino por la calidad de la conexión, el placer compartido y la libertad para explorar el propio deseo.
Guía práctica para entrenar los multiorgasmos (mujeres)
- Conexión con el cuerpo: practicá la atención plena durante el sexo para ayudar a aumentar la conciencia de las sensaciones corporales.
- Ejercicios de Kegel: fortalecé el suelo pélvico para mejorar el control durante el orgasmo.
- Exploración de nuevas estimulaciones: experimentá con diferentes tipos de estimulación para ayudar a descubrir qué funciona mejor para lograr orgasmos consecutivos.
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Guía práctica para entrenar los multiorgasmos (hombres)
- Control de la eyaculación: practicá técnicas de control de la eyaculación, como el “edging” (llegar al límite de la eyaculación y luego detenerse), para ayudar a aumentar la capacidad de tener orgasmos múltiples sin eyacular.
- Fortalecimiento del suelo pélvico: al igual que las mujeres, los hombres también pueden beneficiarse de los ejercicios de Kegel para lograr un mejor control durante el clímax.
- Respiración y relajación: mantenerte relajado y controlar la respiración durante el sexo para prolongar el placer y abrir la puerta a múltiples orgasmos.
Es fundamental recordar que cada cuerpo es único, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. La exploración sexual debe ser siempre consensuada, segura y placentera para todos los involucrados. Además, el entrenamiento en multiorgasmos debe abordarse con una mentalidad abierta, sin presiones ni expectativas irracionales.
Al final, el objetivo de cualquier exploración sexual debe ser disfrutar y sentirse bien con uno mismo y con los compañeros, y los multiorgasmos son solo un aspecto más dentro de la rica y matizada paleta de la sexualidad humana.