Así es el slow sex: menos performance pero más placer

Ya no solo hay slow fashion, slow food... la tendencia de volver a lo lento llegó hasta al sexo: el slow sex se enfoca en volver a disfrutar, a un ritmo lento, de placer consciente a través de diferentes técnicas, posiciones y prácticas, y se aparta de objetivos como el rendimiento o la duración del acto sexual.

Una pareja se toma de la mano en la cama.
Una pareja se toma de la mano en la cama.Shutterstock

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En una era marcada por la prisa y el rendimiento, el concepto del “slow sex” está emergiendo como una alternativa refrescante que nos invita a disminuir el ritmo y centrar nuestra atención en el placer consciente.

Este enfoque se ha convertido en una tendencia emergente, atrayendo a personas que buscan experiencias sexuales más plenas y significativas.

¿Qué es el slow sex?

El slow sex, o sexo lento, se refiere a una forma de tener relaciones sexuales que prioriza la conexión emocional, la intimidad y el disfrute frente a objetivos de rendimiento o duración.

A menudo relacionado con el movimiento más amplio del “slow movement”, este enfoque se aleja de la idea de que el sexo debe ser un acto de alto rendimiento, en lugar de eso, destaca la importancia del proceso y de cada momento compartido.

Principios fundamentales del slow sex

Consciencia plena: adoptar el slow sex implica estar presente, prestando atención a los detalles del momento, a las sensaciones físicas y a la conexión emocional con la pareja.

Comunicación abierta: hablar abiertamente sobre deseos, necesidades y límites fomenta una atmósfera de confianza y respeto mutuo, lo que es fundamental para disfrutar plenamente de la experiencia.

Énfasis en el placer: en lugar de centrarse únicamente en el orgasmo como objetivo final, el slow sex aprecia el placer en todas sus formas, disfrutando de cada paso del encuentro.

Paciencia y ritmo propio: tomar el tiempo adecuado para explorar y experimentar, sin apresurar el proceso, permite una unión más profunda y satisfactoria.

Beneficios del slow sex

El slow sex promueve un vínculo emocional más fuerte entre las parejas debido a la intensa atención y presencia requerida. Esta conexión emocional puede fortalecer la relación general y aumentar la satisfacción mutua.

Al eliminar el enfoque en el rendimiento y la perfección, las parejas pueden relajarse y disfrutar más libremente, reduciendo la ansiedad y el estrés que a menudo acompañan a las relaciones sexuales.

Además, hay mayor placer físico. Al centrarse en el momento presente y en el placer físico, el slow sex puede intensificar las sensaciones y despertar nuevas vías de disfrute que antes podrían haber sido pasadas por alto.

Mujer con expresión de placer.
Mujer con expresión de placer.

Sin el objetivo final de alcanzar un orgasmo rápidamente, las parejas pueden experimentar con diferentes técnicas, posiciones y prácticas, lo que conduce a una vida sexual más rica y variada.

Consejos para practicar el slow sex

Un entorno cómodo y acogedor puede favorecer la relajación y la intimidad. Considerá el uso de luces suaves, música tranquila o aromas agradables.

Practicar juntos ejercicios de respiración o una breve meditación puede ayudar a ambos a sintonizarse y prepararse mental y físicamente para la experiencia.

Por otro lado, experimentar con el enfoque en diferentes partes del cuerpo y diferentes tipos de toque puede mejorar la experiencia del slow sex.

El slow sex es un recordatorio de que, en medio de un mundo que pone un gran énfasis en el rendimiento, existe la posibilidad de encontrar un placer más profundo y significativo a un ritmo más lento.

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