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En comunicación con ABC Cardinal este miércoles, el comisario principal Luis López, jefe de Homicidios de la Policía Nacional, brindó detalles sobre el avance de la investigación del asesinato del periodista Alexander Álvarez, ocurrido el martes en la ciudad de Pedro Juan Caballero.
Álvarez, comunicador radial de la emisora Urunde’y, fue asesinado en horas de la siesta de ayer, cuando viajaba en automóvil con su hermano y fue interceptado por una persona desconocida que se movilizaba en motocicleta y abrió fuego contra el periodista, hiriéndolo mortalmente en la cabeza.
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El comisario López dijo que, si bien aún no se puede afirmar o descartar nada en torno al crimen, los investigadores cuentan con “elementos importantes que estamos peritando para dar con el paradero del autor del hecho”.
Según el relato hecho por el comisario en base a filmaciones de cámaras de seguridad que captaron los movimientos de la víctima y su victimario en los momentos previos al crimen, el vehículo de Álvarez fue seguido durante unos siete o diez minutos por el asesino antes del ataque.
Álvarez conducía el vehículo en que viajaba, un Toyota Vitz, con su hermano en el asiento delantero de acompañante y el ataque se produjo cuando el automóvil estaba parado ante la luz roja de un semáforo.
Teorías sobre el crimen
Reiterando que la investigación aún es “incipiente” y por lo tanto no se puede descartar ningún posible móvil para el crimen, el comisario López dijo que, desde un punto de vista subjetivo, duda que el asesinato de Álvarez tenga relación con su labor como periodista.
“Nunca fue una persona que emitía opiniones o criticaba situaciones; se limitaba a dar las informaciones a la ciudadanía”, afirmó el jefe policial.
Compañeros de trabajo de la víctima coincidieron en señalar que el fallecido no entraba en polémicas ni tocaba temas relacionados al narcotráfico o el crimen organizado de frontera en su programa. Estos especulan que Álvarez podría haber sido atacado por error.
Poco antes de su muerte, Álvarez compró el automóvil que conducía en el momento del crimen a uno de sus excompañeros de trabajo, quien dijo tampoco tener amenazas en contra.