En las carpas opositoras, en cambio, la cosa funciona un poco más democráticamente. Tres candidatas con chances reales medirán previamente fuerzas entre sí, y el resultado determinará cuál de ellas —con el apoyo de todos los sectores— irá finalmente a la batalla decisiva. Una fórmula clásica, pero funcional.
Volviendo a las carpas bernardinenses, la selección del aspirante a lord mayor llegó en un memo membretado desde la Junta de Gobierno. Recayó en una figura con éxito probado en la conducción del Comité Olímpico Paraguayo. En ese ámbito, su gestión ha sido considerada ordenada, eficiente y con resultados visibles. Méritos, esta vez, no faltan.
A ver, no es lo mismo administrar proyectos de envergadura en un entorno profesionalizado, con técnicos en la dirección y escasa interferencia política, que lidiar con la maquinaria municipal de Asunción. Allí pasamos a una cancha más pesada y presiones desde todos los costados. Algo así como remar en dulce de leche.
Apoyo de la estructura. Entre los presidentes de seccional presentes en el lanzamiento se encontraban algunos que pasaron por Direcciones de la Municipalidad capitalina en la era Nenecho. Estos señores fueron protagonistas, y por ende responsables, en mayor o menor medida del estado de quiebra técnica en que se encuentra la institución. Parecería recomendable que no aparezcan tanto en la foto.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Los criterios de selección cambiaron. El candidato anterior, a falta de otros méritos, tenía mucha presencia mediática. Ahora se usó otro manual, que sugirió la opción de una cara relativamente nueva, pero con triunfos concretos en el prontuario. Los vientos políticos rotaron, no hay lugar para la improvisación.
Quienquiera sea electo, no le va tocar bailar con la más linda. Más de 8.000 funcionarios, cifra que ni siquiera con intervención de por medio fue precisada; deudas reales como también ficticias impagas; un edificio vetusto y un millón de problemas acumulados. El desafío es titánico y no apto para temerosos.
La libertad de acción será indispensable para enfrentar esta tormenta. Ningún candidato —ni del oficialismo ni de la oposición— podrá avanzar si debe pedir permiso para cada decisión o con operadores respirándole en la nuca. Sin ese acuerdo mínimo, será más de la misma cosa.
Las internas serán decisivas no solo para definir nombres, sino para medir cuánto respaldo real tienen quienes aspiran a tomar el timón. Ningún discurso de campaña podrá esconder la magnitud del desorden actual. La línea y honestidad -o falta de ella- del discurso con que salgan a esa primera batalla marcará el tono de la campaña y como que anticipará el resultado de la final.
La verdad, los colores aquí son lo que menos importa. Nuestra querida Asunción no distingue entre rojo, azul o celeste cuando una calle se hunde, la basura no se retira o ningún expediente corre sin que medie coima de por medio. Basta de retórica, demos paso a la gestión.
El elector asunceno está listo para votar con criterio y memoria. Sería un gesto de madurez reconocer errores pasados, porque sin esa mirada honesta es imposible evitar repetirlos en el futuro.