Voto consciente y responsable

Con más 800.000 habitantes, el Alto Paraná es uno de los departamentos más poblados del país, que se destaca por sus riquezas naturales, atractivos turísticos, área comercial, industrial, campos fértiles y por sobre todo por su gente trabajadora.

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A pesar de todo su potencial, ha enfrentado diversas deficiencias en cuanto a infraestructura, educación, salud y seguridad.

La densidad poblacional se concentra en el área metropolitana, que componen Ciudad del Este, Presidente Franco, Minga Guazú y Hernandarias, que a su vez son favorecidos con mayores recursos.

Luego están los municipios del interior, aquellos donde la asistencia del gobierno local es insuficiente y necesitan de un respaldo departamental, sin embargo tal cosa no ocurre. Se sabe que si la administración municipal no es de la misma línea política que el gobernador, las inversiones a lo largo de cinco años son ínfimas o nulas.

La corrupción y la elección “dedocrática” han generado una distribución desigual de los recursos, dejando a algunos municipios en el abandono y el olvido. La Gobernación del Alto Paraná maneja en promedio un presupuesto anual de G. 120.000 millones.

Pese a esa cantidad de dinero, los proyectos del gobierno departamental no se ejecutaron con base en las necesidades de las poblaciones, sino siguiendo la línea del “amiguismo político”.

Por ejemplo, existen municipios en donde la gente debe viajar más de 100 kilómetros para acceder a una atención médica mínimamente digna. En la mayoría de los distritos del interior, los puestos de salud no atienden las 24 horas, no tienen infraestructura ni tampoco profesionales acorde a la necesidad.

También hay problemas de infraestructura vial, distritos donde en días de lluvia no se puede llegar en vehículo porque las vías ni siquiera cuentan con empedrados, y si de educación vamos a hablar podemos empezar mencionando a escuelas en mal estado, niños sin almuerzo escolar y profesores sin rubros.

Para abordar estos problemas, es necesario que el próximo gobernador tenga un compromiso real de trabajar con las autoridades locales y la sociedad civil para garantizar la distribución justa de los recursos y una atención adecuada a todos los municipios, sin exclusiones.

El futuro de la región depende de una gestión transparente y participativa. Por eso, es crucial que este domingo todos ejerzan su voto, consciente y responsable, para que dentro de cinco años no nos encontremos otra vez con los mismos problemas.

patricia.alvarenga@abc.com.py

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