Respetar el Tratado de Itaipú y exigir su revisión

La tarifa de Itaipú debe bajar en cumplimiento de lo previsto hace 50 años en el Tratado y observando el principio de derecho internacional que los Estados deben cumplir sus obligaciones internacionales de buena fe. El Paraguay debe respetar el derecho internacional porque es el modo de garantizar que el “fuerte sea justo”, como postulaba Manuel Gondra.

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El Brasil, que tradicionalmente utilizó la corrupción estratégica como herramienta de su política exterior para imponer su voluntad corrompiendo a las élites empresariales y políticas de Paraguay, ahora prioriza cumplir el Tratado para proporcionar energía barata para el desarrollo y la creación de empleos, pero paradójicamente en el Paraguay, la ANDE, senadores, y referentes de la ultraderecha, anhelan que Brasil mantenga un esquema de corrupción estratégica, planteando una tarifa artificial en la que en la estructura de costos se inserten el negocio político de las obras públicas corruptas, las ineficiencias del plan maestro de la ANDE y su venal sindicato, y gastos sociales para el despilfarro político.

La tarifa alta no aumenta la compensación por cesión ni las regalías a favor de Paraguay, que se determinan por otros mecanismos. Quienes han acusado de traición a la patria al gobierno ante la noticia que trascendió en medios del Brasil de bajar la tarifa para el 2023 a US$ 12,67/kW, son los verdaderos traidores.

Mientras el ministro de Energía de Brasil propone terminar con los puentes y el negocio político de las obras públicas corruptas, en el Paraguay gremios empresarios, senadores, y candidatos presidenciales insisten en mantener la política de la corrupción en la binacional, negándose a cumplir con la ley de acceso de la información, y ocultando a la opinión pública una gestión que debería ser transparente y abierta. En el lado paraguayo, hacen cualquier cosa para no hacer la revisión del Tratado y terminar con la obligación del Paraguay de ceder lo que no consume a costo.

La propuesta de mantener una tarifa alta o mejorar las regalías, y no exigir el respeto al principio básico del derecho internacional de la igualdad jurídica soberana de los Estados, condena al Paraguay al colonialismo energético. Actualmente, la tarifa corresponde al modelo de “tarifa por el pasivo”, lo que permite contratar potencia a costo y luego revender a precio de mercado.

El problema es que Paraguay no puede revender a precio de mercado porque el Articulo XIII le obliga a ceder lo que no consume. El Acta Bilateral Secreta de 2019 parecerá un acto de heroísmo comparado al acta de entreguismo que están pergeñando quienes manipulan la información, propalan desinformación, y pretende instalar una falsa polarización entre patriotas y traidores en torno a la tarifa, cuando que los verdaderos traidores son quienes abogan por incumplir el tratado, mantener una tarifa artificial, y privar al Paraguay de energía barata para el desarrollo.

Los bandeirantes están en el Senado de Paraguay, en los candidatos presidenciales, y en ANDE y Sitrande, y entre los miembros paraguayos del Consejo de Itaipú. “La culpa, apreciado Bruto, no está en nuestros astros, sino en nosotros mismos”. El enemigo está en casa.

(*) Columnista invitado.

theodorestimpson@gmail.com

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