Recordando a Blas Garay

El próximo viernes 1 de julio, Arlequín Teatro estrenará la obra basada en la vida de Blas Garay, cuya conducta y pensamientos continúan vigentes y necesarios, hoy más que nunca. La pieza, “Después de la vida”, reúne a respetables figuras de nuestra escena con la dirección de José Luis Ardissone.

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En la atmósfera política y moral que respiramos, nos haría muy bien volver la mirada a la prédica de Blas Garay, afiliado al Partido Colorado. Historiador y periodista optó por la historia y el periodismo. Su aporte fue doblemente valioso gracias a su independencia. Podía, y lo hacía, opinar contra el gobierno colorado desde su responsabilidad periodística. Responsabilidad con la ciudadanía, con las necesidades éticas y materiales del país. Blas Garay fue una inteligencia superior. También una conducta.

En medio de un periodismo ruidoso, el aporte de Garay fue la mesura, la reflexión, el argumento sólido. Sus críticas eran severas, no por la palabra encendida sino por la idea que la sostenían.

En un extenso artículo, Nuestro Programa, publicado en el primer número de La Prensa, que fundó el 1 de febrero de 1898, leemos en un párrafo: En la hacienda pública iremos señalando todo lo que deba ser modificado, para que se llegue a establecer un buen sistema de imposición, y sean acertada y rectamente aplicados los dineros fiscales. Creemos que todas las necesidades del Estado deben ser satisfechas, aun apelando a recursos extraordinarios; y velaremos por el perfeccionamiento de los servicios públicos y por la implementación de los que aún no tenemos.

El cumplimiento de éste y otros propósitos originaron la tragedia que acabó con la joven vida que hasta esos momentos venía dando al país el fruto de su prodigioso talento. El hijo del exministro de Instrucción Pública, Mateo Collar, enfurecido por las críticas a su padre ocasionó la muerte de la mejor promesa que tenía el país.

Garay aprovechó su estancia (en Europa) –escribe Carlos Zubizarreta en Cien vidas paraguayas- para ilustrarse con avidez en la Historia colonial. Su agilísima inteligencia y su concentrada vida de trabajo permitiéronle el estudio de miles de documentos que hicieron de él, a pesar de su juventud, el historiador nacional de mayor autoridad en su tiempo.

Blas Garay dejó: Compendio de Historia del Paraguay, Breve Resumen de la Historia del Paraguay, La Revolución de la Independencia, El comunismo de las Misiones, y varios ensayos y monografías.

Se inició como periodista, a los 17 años, en El Tiempo. Entre l885 y 1890 escribe en El Independiente donde colaboran, entre otros, Manuel Domínguez y Fulgencio R. Moreno. Publica sus ideas, siempre polémicas, en La Patria, La República, La semana, La Unión y La Opinión. En marzo de 1896 el gobierno le encarga la misión de obtener, en Europa, copias de documentos acerca de los límites e historia del Paraguay.

Una selección de sus artículos periodísticos publicó el sello Araverá en 1984, con prólogo y notas de Julia Velilla Laconich de Arréllaga.

Sería bueno que algún colorado leyese a Blas Garay por lo menos para que se entere que el Partido había estado en manos de colorados, de colorados libres, y que se podía denunciar a los correligionarios delincuentes.

A Blas Garay le pasa a los colorados lo mismo que Eligio Ayala a los liberales: todos conocen sus nombres pero nadie hace renunciamientos personales en favor de un país mejor.

Una trágica ironía se dio con Blas Garay. Uno de los pocos periodistas que reflexionaba con serenidad, lejos del fragor verbal de los otros medios, fue víctima de una ciega violencia. Falleció el 16 de diciembre de 1899, a los 26 años.

alcibiades@abc.com.py

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