El efecto Ostfield

El anuncio de que el nuevo embajador estadounidense, Marc Ostfield, llegará al país este mes causa diferentes reacciones en la sociedad, entre ellas algunas interpretaciones ridículas y expectativas de cambio exageradas.

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Los que tienen un pensamiento más rancio se concentran en su orientación sexual, afirmando que EE.UU. quiere robar “nuestra cultura”, algo que no fue conseguido por los aliados de la Guerra Grande, como si la alianza hubiese tenido como motivación volver gays a los paraguayos. Es verdad que la designación de un diplomático abiertamente gay es una señal de que EE.UU. acepta la diversidad sexual, que es lo mínimo que puede hacer un país con antecedentes de homo odio que incluyen asesinatos a políticos por vivir su sexualidad libremente.

Otras personas consideran que el embajador viene para patear el tablero, lo que parece una aseveración muy exagerada, atendiendo que, por ejemplo, en su presentación ante el Senado de EE.UU. manifestó su postura favorable al matrimonio entre Paraguay y Taiwán, cuando internamente se debate la importancia que tendría ingresar al mercado chino, que puede beneficiarnos con US$ 350 millones al año solo en el ámbito de las exportaciones (Urdinez y Long). Todo indica entonces que uno de los ejes de trabajo de Ostfield tiene que ver con que se mantenga una relación que al menos mínimamente está siendo cuestionada por no ser recíproca para el Paraguay.

Donde probablemente sí existirán algunos cambios será en los ámbitos de la lucha contra el crimen organizado, lavado de dinero y el contrabando. Desconocemos en qué medida, pero esos puntos fueron enumerados por Ostfield ante el legislativo estadounidense y al parecer forman parte de su expertise como funcionario. De hecho ya adelantó que de ser necesario recurrirá a sanciones como la que recibió el diputado Ulises Quintana por ser “significativamente corrupto”.

Los asuntos medioambientales podrían ser otro ámbito en el que la política estadounidense varíe, debido a que el nuevo embajador tiene formación en dicha área y el gobierno de Joe Biden posee interés en disminuir la deforestación en Latinoamérica.

Cabe añadir que, aunque ahora haya una aparente resistencia hacia Ostfield dentro de determinados sectores del partido de gobierno, finalmente todos volverán a ser funcionales a Washington. Afirmar que está “todo bien con sus informes, evaluaciones, visas y tropas cada tanto”, como lo hizo un exdiputado colorado, es la demostración más fiel del pensamiento colonial que caracteriza al partido de gobierno.

diego.diaz@abc.com.py

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