Energía eléctrica se queda en casa: cómo el Paraguay puede liderar la revolución digital

Debido a las declaraciones del secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Marco Rubio, y a los artículos de opinión generados por distintos especialistas, se evidencia el peligro de no tener la capacidad de generar un ambiente verdaderamente propicio para que las inversiones desembarquen en el país, producto de una incomprensión específica del sector industrial.

A nivel global se liberan diariamente 144 bloques, lo que equivale a 450 bitcoins distribuidos entre todos los centros de minería del mundo.
A nivel global se liberan diariamente 144 bloques, lo que equivale a 450 bitcoins distribuidos entre todos los centros de minería del mundo.GENTILEZA

Hablar de Bitcoin, data centers y energía como si fueran un panorama de ingresos lineales es un error garrafal que puede costarle a Paraguay la oportunidad de aprovechar su ventana energética hasta el 2030 y más allá.

Empecemos con el caso de Bitcoin y los data centers de minería, como se los conoce.

La red Bitcoin está compuesta por miles de computadoras conectadas entre sí (llamadas nodos) que verifican y registran todas las transacciones en un libro público e inalterable llamado blockchain. Estos nodos no son las máquinas mineras, sino los validadores de transacciones y de la creación de nuevos bitcoins. Cada vez que alguien envía bitcoins, esa transacción debe ser validada y agregada a un bloque. Aquí entra en juego el rol clave de la minería.

Las máquinas mineras, utilizadas en los centros de datos de minería, son computadoras muy potentes y específicas (ASICs) diseñadas exclusivamente para resolver un problema matemático complejo. Estas máquinas no tienen otra finalidad: no poseen un sistema operativo como Windows, iOS o Linux, y su tarea es tan específica que requieren una computadora convencional para programarlas. Esto las hace altamente eficientes en el uso de energía y recursos para cumplir su único objetivo.

La máquina minera que logra resolver primero este problema matemático gana el derecho a escribir un nuevo bloque en la blockchain y, como recompensa, recibe actualmente 3.125 bitcoins. Esta recompensa se reduce cada cuatro años en un evento programado llamado halving, establecido desde el inicio por el protocolo de Bitcoin, y que se ha cumplido rigurosamente desde el 2009. Esto permite regular de manera predecible la emisión de nuevos bitcoins. Los bloques se generan cada 10 minutos aproximadamente, y ese tiempo se ajusta cada 2.016 bloques (aproximadamente cada dos semanas), modificando la dificultad de los cálculos para mantener el promedio de 10 minutos por bloque.

Esto significa que, a nivel global, se liberan diariamente 144 bloques, lo que equivale a 450 bitcoins distribuidos entre todos los centros de minería del mundo. Aquí surge el primer punto clave para entender esta industria: si una empresa en Paraguay, o en cualquier otro país, duplica su capacidad (por ejemplo, de 100 MW a 200 MW), eso no implica que duplicará sus ganancias. ¿Por qué? Porque la red de Bitcoin seguirá emitiendo solo 450 bitcoins por día. Cuantos más centros de datos entren en operación a nivel global, mayor será la competencia y menor la participación relativa de cada uno.

Por ejemplo, Pakistán anunció recientemente que pondrá en funcionamiento, antes de fin de año, una instalación de 2000 MW dedicada exclusivamente a la minería de Bitcoin. Solo ese movimiento representa un aumento del 12% en el poder de cómputo de la red. Como resultado, todos los centros de minería del mundo (incluido el de Pakistán) verán disminuir sus ingresos en un 12%, si se mantuvieran las condiciones actuales. Y, este no es el único nuevo actor: se espera la incorporación de al menos 3000 MW adicionales de capacidad minera a nivel global este año. En consecuencia, las proyecciones para 2026 indican una disminución de ingresos cercana al 30%, en línea con la caída registrada del 38% entre 2024 y 2025.

¿Cuál es la forma más sencilla de entender este fenómeno? A través del concepto de hashrate.

El hashrate es la velocidad a la que las computadoras de la red Bitcoin intentan resolver el problema matemático necesario para validar un nuevo bloque y obtener la recompensa. Un “hash” es como una combinación secreta, y los mineros prueban miles de millones por segundo hasta encontrar la correcta.

Podemos imaginarlo con una analogía: tratar de abrir una caja fuerte probando combinaciones al azar. Si probamos una por segundo, vamos lento. Si probamos mil por segundo, vamos más rápido. Si todos los habitantes de una ciudad prueban al mismo tiempo, las probabilidades aumentan mucho. Pero la caja fuerte sigue siendo solo una. Es como una carrera: el premio es para quien llega primero, pero da igual si compiten dos personas o diez millones, el premio no se multiplica.

Actualmente, el hashrate global se sitúa en 986 EH/s (exahashes por segundo), habiendo alcanzado un pico histórico de 1110 EH/s hace unas semanas. Paraguay representa entre un 3% y un 3,5% de ese total, cifra que tiende a disminuir debido al ingreso de nuevos jugadores como Pakistán. Si aplicamos un cálculo simple, con ese 3% de participación y 450 bitcoins generados por día, los más de 60 contratos electrointensivos de la ANDE recibirían, en conjunto, unos 13,5 bitcoins diarios. Esto representa un promedio de 0,225 bitcoins por contrato al día, es decir, aproximadamente US$ 24.000, al valor actual. En promedio, estos contratos pagan a la ANDE US$ 50 por MWh.

Cálculo diario:

950 MW = capacidad total en ejecución

50 US$/MWh = precio del contrato

950 x 50 x 24 = US$ 1.140.000 por día

Es decir, la ANDE percibe alrededor de US$ 1.140.000 diarios por estos contratos, lo que convierte a los centros de minería en sus clientes más rentables. Estos ingresos adicionales permiten mejorar la infraestructura y realizar inversiones no contempladas en el Presupuesto General de la Nación.

Comparación: venta de energía a Brasil

950 MW (referencial)

19 US$/MWh = precio pagado por Brasil

950 x 19 x 24 = US$ 433.200 por día

La diferencia es clara: vender energía a las empresas mineras deja un ingreso diario casi tres veces mayor que venderla a Brasil. Además, las instalaciones mineras en Paraguay emplean mano de obra local, contratan proveedores nacionales, pagan impuestos de importación, seguros, IVA, y contribuyen con la economía como cualquier otra industria. Es energía y dinero que se quedan en casa.

En el pasado, ceder energía a países vecinos era una necesidad. Hoy, la ANDE y el Sistema Interconectado Nacional tienen la capacidad de recuperar esa energía y destinarla al desarrollo interno. La Subestación Valenzuela se proyecta como un eje transformador capaz de cambiar la matriz económica del país en menos de diez años.

En este contexto, comparar un data center dedicado a Bitcoin con uno dedicado a Inteligencia Artificial es un error conceptual. Las instalaciones mineras ejecutan algoritmos SHA-256 en bucle, sin requerir baja latencia, redes complejas, almacenamiento especializado ni conectividad masiva. En cambio, los centros de IA requieren sistemas de alto rendimiento, refrigeración avanzada, redundancia, mínima latencia, procesamiento de modelos, datasets, inferencias en tiempo real y más. Asumir que requieren la misma infraestructura es incorrecto y pone en riesgo la atracción de inversiones.

Otra diferencia clave es la modulación. En minería, las operaciones pueden detenerse sin pérdida de información; una desconexión temporal reduce ganancias pero no daña datos ni impacta a usuarios. En un centro de IA, cualquier interrupción puede ser catastrófica.

Esto deja en evidencia que la gran oportunidad de Paraguay está en abrir el diálogo con ambas industrias para generar propuestas serias que permitan recuperar la energía que hoy vendemos a precio de costo y usarla para posicionar al país como potencia energética.

Aunque desarrollar centros de datos para IA de uso intensivo requiere tiempo, infraestructura y coordinación público-privada, Paraguay ya está en condiciones de albergar centros de entrenamiento de modelos de lenguaje, machine learning y deep learning, que no demandan conexión constante con el usuario. Mientras tanto, es posible avanzar en resolver desafíos reales como latencia, conectividad, seguridad jurídica, privacidad de datos y otros aspectos críticos. Decir que no se puede desarrollar Inteligencia Artificial en Paraguay hoy es una irresponsabilidad.

¿Qué hemos logrado hasta ahora?

Empresas internacionales que cotizan en bolsa como HIVE, BITFARMS, MARATHON y NORTHERN DATA han invertido fuertemente en Paraguay, posicionándonos en el mapa global como un destino viable para la industria. Se trabaja de forma coordinada con la ANDE, el Ministerio de Industria y Comercio y el Viceministerio de Minas y Energía en políticas para atraer y consolidar estas industrias.

Se han recuperado más de 900 MW antes vendidos a precio de costo, que generaron más de 1.200 millones de dólares en inversiones, 290 millones anuales para la ANDE, más de 1.000 empleos de calidad y 110 millones para aduanas.

Esto es solo una muestra de lo que ocurre cuando la energía se queda en casa.

¿Qué nos falta?

Seguir articulando esfuerzos. Mejorar la conectividad, la seguridad jurídica, desarrollar un plan de créditos energéticos y fomentar la generación privada. Redefinir un precio competitivo para las horas valle —que hoy cuestan millones al país— es crucial. Una estrategia nacional enfocada en esto podría convertir a la ANDE en una de las empresas más eficientes de la región y multiplicar los ingresos estatales.

Hoy hablamos de US$ 290 millones anuales, pero existe un potencial real de alcanzar los 1.000 millones en menos de tres años.

Tenemos una oportunidad única, reconocida incluso por Marco Rubio ante el Congreso de EE.UU., de aprovechar nuestra energía excedente y adquirir también la energía que nos corresponde del lado brasileño. La energía es progreso. No podemos seguir postergando el futuro del país por decisiones mal informadas o tomadas a medias.

Bitcoins

Esto significa que, a nivel global, se liberan diariamente 144 bloques, lo que equivale a 450 bitcoins distribuidos entre todos los centros de minería del mundo.

Brasil

La diferencia es clara: vender energía a las empresas mineras deja un ingreso diario casi tres veces mayor que venderla a Brasil.

(*) Director de Penguin Group.

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