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En un momento en el que el nearshoring (táctica empresarial que consiste en mover parte de la producción a países cercanos) se posiciona como una solución estratégica para las cadenas de suministro globales, una startup liderada por una emprendedora latina ha logrado captar la atención —y el capital— del ecosistema tecnológico más exigente del mundo. Con una inversión inicial de 1,6 millones de dólares captada en Silicon Valley, Nearshore sale al mercado con la promesa de ser el puente entre fábricas latinoamericanas y compradores internacionales.
Respaldo desde Silicon Valley
“Levanté más de un millón de dólares en inversión para financiar esta plataforma; estamos creando el Alibaba de Latinoamérica”, resume Tanya Menéndez, cofundadora y CEO de la empresa, quien ya había impulsado anteriormente una de las plataformas de manufactura más grandes de Estados Unidos. Su experiencia, sumada al momento geopolítico actual, dio forma a una idea que se lanzó recientemente y hoy ya opera en 25 países, buscando integrar a fábricas verificadas de América Latina —incluidas las de Paraguay— en una red comercial global, sin intermediarios.
La visión de Nearshore fue clara desde el inicio: aprovechar el nuevo orden económico pospandemia y crear una alternativa tecnológica a los modelos tradicionales de abastecimiento en el escenario actual, muchas veces dominados por Asia o limitados a ferias y brokers. “No hay una plataforma que esté ayudando realmente a las empresas a hacer estos vínculos, y eso es lo que nosotros estamos resolviendo”, señala Menéndez.

Un mercado en transformación
Durante más de una década, el nearshoring fue visto como una alternativa atractiva, pero opcional. Sin embargo, la sucesión de crisis globales —desde la pandemia hasta las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China— convirtió esa alternativa en una necesidad clave para muchas empresas. El objetivo es acortar distancias, reducir riesgos logísticos y ganar agilidad operativa.
“El cambio estaba en marcha desde hace tiempo, pero ahora es urgente”, explica Menéndez a ABC Negocios. Las empresas que antes dependían casi exclusivamente de proveedores asiáticos están replanteando sus cadenas de suministro y buscando fabricar más cerca de sus mercados. Nearshore nace en este nuevo contexto, ofreciendo una solución concreta y escalable para quienes buscan socios regionales confiables.
La plataforma capitaliza esta transformación no solo desde lo operativo, sino también desde lo cultural y político. “Desde 2022, México se convirtió en el socio comercial número uno de Estados Unidos”, menciona Menéndez. “Esa fue una señal clave. Las tensiones estaban creciendo y las empresas ya estaban buscando otras opciones.”
A diferencia de las soluciones tradicionales que dependen de intermediarios o requieren presencia en eventos internacionales, Nearshore apuesta por una digitalización real de la cadena productiva, con validación, tecnología y visibilidad para los actores regionales. Y eso, para muchas industrias latinoamericanas, representa una puerta que antes no existía.
Fábricas de América Latina: el rol de Paraguay
Uno de los ejes más prometedores de Nearshore es su mirada sobre América Latina como una región con capacidad instalada y aún subutilizada. El objetivo de la plataforma no es solo conectar a fábricas con compradores estadounidenses, sino también fomentar el comercio intrarregional y visibilizar a los proveedores que, hasta ahora, estaban fuera del radar internacional. Entre ellos, Paraguay empieza a perfilarse como un actor con gran potencial.
“Paraguay tiene algunos de los aranceles más bajos de América Latina, lo cual lo convierte en un país competitivo para exportar”, destaca Menéndez. A esto se suma un ecosistema industrial en evolución, con empresas medianas y pequeñas que podrían beneficiarse enormemente de estar en una red como Nearshore, pensada para visibilizar lo que antes quedaba oculto tras los grandes brokers.
La plataforma, que ya trabaja con fábricas de México, Colombia, Perú, Brasil y otros mercados, está abierta a incorporar a proveedores paraguayos que cumplan con sus estándares de calidad y transparencia. “No aceptamos intermediarios ni brokers. Solo fabricantes verificados. Queremos mostrar fábricas reales, que puedan ser vistas y evaluadas directamente por los compradores”, aclara Menéndez.
Nearshore también aporta herramientas para que los fabricantes puedan presentarse mejor ante el mundo: fotografías profesionales, ayuda para construir perfiles claros, e incluso traducción automática potenciada por inteligencia artificial. La meta de la plataforma es acortar las distancias entre el producto paraguayo y el mercado internacional.

Conectando oportunidades regionales
Detrás de Nearshore hay una visión clara, la de crear una red inteligente de fábricas que permita a las empresas acceder a manufactura de calidad sin necesidad de viajar, negociar con intermediarios o enfrentar barreras idiomáticas. La plataforma conecta actualmente más de 2.200 fábricas en 25 países, principalmente de América Latina, Estados Unidos y Europa, y se organiza en más de 50 categorías de productos.
“No existe una Alibaba de Latinoamérica. Eso es lo que nosotros estamos lanzando”, sintetiza Menéndez, quien identifica en esta ausencia una oportunidad histórica para el continente. Nearshore fue diseñada como una vitrina digital pensada para que los compradores puedan buscar proveedores filtrando por país, capacidad, certificaciones, rubro y tipo de producto. Desde textiles hasta electrónica, pasando por muebles, artículos para el hogar o empaques: la variedad es tan amplia como especializada.
Además de conectar, la plataforma también traduce en tiempo real los mensajes entre compradores y fabricantes, lo que facilita la interacción entre partes que antes podían quedar fuera del circuito por no dominar el mismo idioma. Todo esto se hace de forma directa, sin comisiones intermedias abusivas ni terceros que cobren por acercar la oferta a la demanda.
“Ya tenemos más de 100 proyectos de abastecimiento abiertos”, comenta la directiva. El crecimiento, aunque acelerado, sigue un plan medido que consiste en que cada fábrica que se suma pasa por un proceso de verificación, porque la apuesta de la startup no es por la cantidad, sino por la confiabilidad y el valor real.
La mecánica detrás del modelo
Una de las fortalezas clave del proyecto es su estructura práctica y enfocada en resultados. La plataforma permite que los fabricantes creen un perfil profesional —con apoyo técnico del equipo de Nearshore— y desde allí accedan a oportunidades reales de negocio mediante proyectos de abastecimiento (RFQ) que se publican cada semana. Los compradores pueden seleccionar fábricas por rubro, certificaciones, idioma, capacidad de producción, ubicación y otros filtros avanzados.
“Estamos ayudando a los fabricantes a crear sus perfiles, entrenarlos, comunicar lo que hacen; muchos no saben cómo venderse, y nosotros les enseñamos”, comenta Menéndez. La plataforma también ofrece servicios de fotografía profesional, similares a los que usan plataformas como Airbnb, para asegurar que las fábricas puedan mostrar su infraestructura y productos con calidad visual global.
La inteligencia artificial juega un rol central, donde además de traducir conversaciones en tiempo real, también mejora los procesos de coincidencia entre compradores y fabricantes, asegurando que cada parte reciba conexiones relevantes. El modelo de negocio es simple: Nearshore cobra una comisión únicamente cuando se concreta una venta, y ofrece una tarifa aún más reducida a quienes se suscriban a sus planes.
Con esta lógica, incluso las fábricas más pequeñas pueden competir en el escenario internacional, sin depender de estructuras comerciales complejas ni inversiones desproporcionadas.

La conectividad como ventaja competitiva
A diferencia de otros modelos de abastecimiento, el nearshoring no se trata solo de reducir distancias físicas. En muchos casos, representa una nueva manera de construir relaciones comerciales más sólidas, sostenibles y estratégicas. La cercanía geográfica trae consigo una afinidad cultural, menor fricción logística, menores costos de transporte y tiempos de entrega significativamente más bajos.
“Las cadenas de suministro del futuro se construirán sobre relaciones, no solo sobre transacciones”, sostiene Cliff Hazelton, cofundador y CTO de Nearshore, quien anteriormente ocupó el mismo cargo en la fintech Stash. Desde esta perspectiva, la plataforma no solo busca generar negocios inmediatos, sino fomentar alianzas duraderas entre fabricantes latinoamericanos y compradores globales.
Este modelo resulta especialmente atractivo para empresas medianas o startups que necesitan flexibilidad, rapidez y diálogo directo con sus proveedores. También abre una puerta para que industrias que tradicionalmente operaban en la sombra —por falta de visibilidad o escala— puedan ser parte de cadenas de valor más modernas y colaborativas.
En un escenario global donde hoy cada minuto cuenta y cada dólar debe justificar su eficiencia, el nearshoring deja de ser una opción marginal para convertirse en una ventaja real en la toma de decisiones empresariales.
Proyecciones y escalabilidad
A poco tiempo de su lanzamiento, Nearshore ya proyecta una hoja de ruta ambiciosa, planeando ampliar su red a lo largo de América Latina y fortalecer vínculos con Europa, consolidando un ecosistema manufacturero más equilibrado y resiliente.
“Estamos apenas comenzando”, asegura Menéndez. La apertura pública de la plataforma marca una nueva etapa: hasta ahora, el acceso era por invitación y con procesos de selección cuidadosos. Desde ahora, cualquier fábrica que cumpla con los criterios puede postularse y acceder a un entorno de negocios transparente, directo y digital.
Para países como Paraguay, esta apertura representa una invitación concreta a integrarse a un mercado en expansión, con herramientas pensadas para reducir las barreras de entrada y permitir competir en igualdad de condiciones. Nearshore no promete una revolución instantánea, pero sí un camino realista y viable para que la región juegue con nuevas reglas en el mapa global de la manufactura.