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A solo un paso de Paraguay, en la frontera con el distrito de José Falcón, se ubica la ciudad argentina de Clorinda. Una localidad que siempre encontró su fortaleza en el comercio, pero a la que la difícil crisis que atraviesa Argentina la llevó a recurrir a extremos cuando se trata de generar ingresos.
Lamentablemente, hoy los clorindenses ya no le ponen “peros” a la ilegalidad si esta les lleva a ganarse unos pesos en el día. Incluso, muchos están dispuestos a arriesgar la vida, transportando combustible en precarios tanques, si eso hace que puedan llevar el pan a la mesa.
Un reportaje periodístico de El Trece TV describe a Clorinda como “la ciudad inflamable” y relata la odisea que deben pasar los comerciantes de esta localidad con el objetivo de conseguir combustible y venderlo de contrabando.
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Compradores por excelencia
Los compradores por excelencia son los paraguayos, pues, aunque Clorinda tiene el combustible más caro de toda la Argentina, sigue siendo mucho más barato que en nuestro país.
El informe del programa Telenoche, de El Trece de Argentina, reflejó que los vecinos transportan combustibles en tanques cisterna muy precarios y que incluso hay una estación de servicios de la zona que es “cómplice”, pues les carga el carburante a los contrabandistas aun sabiendo de la alta peligrosidad que implica transportarlos en tanques cisterna totalmente inseguros.
Una gran parte de los miembros de la comunidad de Clorinda viven del contrabando del combustible. Algunos incluso van más allá en el riesgo al que se exponen, pues transportan el combustible en bidones, sin ningún tipo de precaución.
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Gran diferencia de precios
Actualmente, en Paraguay la nafta de mejor calidad cuesta G. 8.850 el litro, mientras que la nafta intermedia G. 7.400. Además, la nafta regular cuesta G. 7.100. Entretanto, el diésel de mejor calidad cuesta G. 9.850 por litro y el diésel intermedio, G. 8.200 el litro.
En el vecino país, el combustible cuesta alrededor de 300 pesos el litro.
Comprar por litros en bidones, en la calle, es un gran riesgo, pues el producto se expone varias horas al sol y es muy peligroso recargar manualmente el carburante.