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Si bien en algunos lugares del Hospital Nacional de Itauguá cuentan con la climatización como lo son las salas de espera, internaciones, cirugía, y las áreas de terapia, en otros espacios se combate al calor abriendo ventanas a la espera de un viento fresco, y con ventiladores.
Los sitios en donde más se siente el calor son en los pasillos abiertos, y las salas de consultas. En este último caso, no se tiene instalación para aire y solo funciona con ventiladores. El Hospital Nacional de Itauguá no cuenta con suficiente presupuesto para climatizar todas las áreas.
La directora del Hospital, Dra. Yolanda González, explicó que no todo el hospital puede estar con temperatura ambiente, debido a que el edificio cuenta con instalaciones eléctricas de hace más de 35 años, y con una sobrecarga todo el servicio puede colapsar.
“Ahora conseguimos con la ANDE la verificación de ciertos lugares para que podamos tener mayor capacidad, pero si forzamos, podemos correr el riesgo de comprometer espacios sensibles”, explicó la médica durante un recorrido por las instalaciones.
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A pesar de estas precariedades, que se vive día a día dentro de los edificios del centro asistencial, la peor parte se llevan los familiares de los pacientes, principalmente aquellos que están en las zonas de las carpas.
Muchos a causa del insoportable calor salen fuera de los improvisados refugios con ventiladores, que ponen a funcionar con cables y estiran energía de los tendidos eléctricos cercanos, exponiéndose a situaciones peligrosas.
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Esta lamentable situación no termina allí. La falta de inversión por parte del Ministerio de Salud impacta negativamente en las familias de los enfermos.
La mayoría a diario gasta entre G. 300 mil a G. 400 mil para la compra de insumos. Un ejemplo, es el caso de Gloria Bolaños Gamarra, oriunda de la ciudad de J. A. Saldivar, que dijo que ya gastaron más de G. 30 millones por la salud de su mamá, y que a pesar de ello, sigue internada.
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Las necesidades son muchas, pero las que más recienten es la falta de agua, porque deben acarrear en bidones, como también de un buen lugar para descansar, ya que del intenso calor, y la falta de comodidades les resulta difícil conciliar el sueño.
Estas preocupaciones se dejan de lado, cuando lo que urgen siempre los médicos son guantes, jeringas, e incluso hasta algodones.