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Explican que el balance entre los especialistas en la materia es que Brasil perdió una “pulseada” importante con Paraguay. “El gobierno de Jair Bolsonaro (PL) acordó elevar el costo de explotación de la energía de la planta a un monto sin precedentes de US$ 1 mil millones (R$ 5 mil millones), lo que aumenta la tarifa pagada por los brasileños en casi US$ 300 millones”, dicen.
Agregan que la decisión, que sirvió a la gestión del paraguayo Mario Abdo Benítez, fue interpretada como un presagio de la fragilidad brasileña en una negociación decisiva que se avecina. Recuerdan entonces que, a partir de 2023, año en que el tratado bilateral cumple 50 años, se saldará la deuda por la construcción de la planta, dando paso a la revisión del Anexo C.
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La publicación menciona que la tarifa de Itaipú debe ser negociada anualmente. Y que Bolsonaro tenía el objetivo de reducirla. “Había una ventana de oportunidad para el alivio”, expresan. Sin embargo, dicen que al final, Brasil aceptó la mitad de lo que quería y se acordó una reducción del 8% y la tarifa anual se elevó a US$ 20,75. Y que así, el costo de explotación negociado ascendió a US$ 1.000 millones.
“La conclusión en el sector es que los consumidores brasileños de energía fueron penalizados cuando tendrían derecho a reducciones en sus facturas de electricidad proporcionales a la caída de la deuda”, sostienen.