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Este miércoles, Ruiz Díaz radicó una denuncia por intimidación ante la Comisaría y el Ministerio Público de Pedro Juan Caballero (PJC) debido a que en horas de la mañana, su esposa notó que un desconocido tomó fotografías de su residencia. Según consta en la denuncia, la mujer salió a la calle para pedir explicaciones al hombre pero este se dio a la fuga y abordó una camioneta de color blanco, sin chapa, que se encontraba a media cuadra de su vivienda.
El hecho activó la alerta de nuestro corresponsal debido a que en la zona existen antecedentes de periodistas asesinados por denunciar las actividades ilícitas de los narcos.
Los intentos de acallar a la prensa en zonas de frontera donde operan bandas delictivas vinculadas al narcotráfico son una constante. Los comunicadores se enfrentan a amenazas, hostigamientos, agresiones y viven en zozobra debido a que sus denuncias ponen en evidencia un sinfín de ilícitos entre ellos la narcopolítica.
Asesinato de Leo Veras
La más reciente víctima de sicarios en PJC fue Lourenço Veras, más conocido como Leo Veras. El periodista fue asesinado el pasado 12 de febrero mientras compartía la cena con sus familiares. El comunicador había denunciado que recibía amenazas de grupos criminales por las publicaciones que hacía sobre el tráfico de drogas en la frontera de Paraguay con Brasil. “Es un pedido que ellos hacen. Fue vía mensaje de texto en el aparato celular, diciendo que estaba camino al más allá, que sufriría un atentado, cosas así y que eran para que cerrara la boca”, expresó Vera durante una entrevista en el programa Domingo Espectacular del canal brasileño Record TV, presentada el pasado 28 de enero.
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Para aclarar el asesinato de Veras y dar con los responsables la Fiscalía General del Estado anunció la conformación de un equipo de agentes que apoyará la labor del fiscal local, Marco Amarilla. Dicho equipo está compuesto por Alicia Sapriza y Marcelo Pecci de Crimen Organizado, Federico Delfino de la Unidad Antisecuestro, y Manuel Doldán, de Asuntos Internacionales.
Las amenazas de los narcotraficantes se convirtieron también en un hecho en el caso de Pablo Medina, quien era colaborador de nuestro diario en Canindeyú. El 16 de octubre de 2014, dos hombres vestidos con uniforme militar detuvieron la camioneta en la que viajaban Pablo Medina, Antonia Almada y una hermana de esta. Los desconocidos obligaron a nuestro corresponsal a detener la marcha de su vehículo. Uno de ellos se acercó hasta la ventana del conductor y apenas confirmó que se trataba del periodista de ABC Color, él y su cómplice empezaron a disparar.
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Una vez cometido el asesinato (con escopeta y pistola 9 mm), huyeron en motocicletas usando caminos alternativos para llegar hasta la zona de Ypejhú, en la frontera con Brasil.
La investigación fiscal reveló que el autor moral del doble asesinato fue el entonces intendente del distrito de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta Marques (ANR, Honor Colorado). Las investigaciones realizadas comprobaron que el citado coordinó y monitoreó el asesinato del periodista de ABC Color por teléfono. Neneco cumple condena de 29 años de prisión, y hay otro procesado y un prófugo en la causa.
18 periodistas asesinados
Con el homicidio de Lourenço Veras llegan a 18 los comunicadores asesinados en lo que va de la era democrática en nuestro país. La primera víctima fue Santiago Leguizamón, acribillado el 26 de abril de 1991. Su muerte fue un mensaje de la mafia fronteriza a los comunicadores que se atrevían a investigarla. Leguizamón venía publicando investigaciones sobre el narcotráfico en Amambay. Los responsables de su muerte nunca fueron castigados.
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