La idea de Roberto Espínola, que confecciona trajes para presidentes, legisladores, altos funcionarios y hombres de negocios desde sus tiendas en Asunción, surgió precisamente a causa de uno de los últimos escándalos de corrupción más sonados de Paraguay: el caso Ibáñez.
El diputado José María Ibañez, del Partido Colorado, que se ha convertido en sinónimo de corrupción, está acusado de estafa y certificación falsa de documentos y de ser cómplice del supuesto cobro indebido de honorarios. Espínola explicó a EFE que su inspiración le vino en el preciso momento en que vio al político en televisión “asumir públicamente que sí, que ha malversado y metido la mano en los bolsillos de todos”. Ese es el origen de lo que en Paraguay y en gran parte del mundo, gracias a las redes sociales, se conoce como el “traje Ibáñez”.
“Ahí me nace la idea de hacer el traje sin bolsillos para que no nos metan más la mano. El que sea honesto y esté dispuesto a no tener bolsillos para no llevarse nada del pueblo, que se ponga el sayo si se lo calza”, añadió. Sin embargo, Espínola admitió que el “mea culpa” del diputado fue igual de detestable que sus supuestas fechorías, principalmente porque lo hizo de forma risueña, lo que no hizo sino empeorar la percepción hacía él de los paraguayos. “Cuando lo vi riéndose y burlándose en televisión fue los más indignante y el atropello mas inmoral a la ciudadanía”, manifestó Espínola.
Canalizada esa indignación con su propuesta del traje sin bolsillos, el resto vino solo. La agencia publicitaria paraguaya Kausa Central Creativa le propuso lanzar sin costo la promoción de la “Colección Ibáñez”, dedicada a todos los políticos corruptos. “Se desbordó, esa es la realidad, ni imaginaba el resultado. Caló muy fuerte, por lo visto es algo muy sensible el tema de la corrupción en todo el mundo”, explicó.
Luego vino el efecto bola de nieve, cuando la propuesta prendió en internet tras ser divulgada por los compañeros activistas de Espínola, que es miembro de la organización Basta Ya, que trabaja contra la corrupción. “Creo que es ya el traje más famoso del mundo”, dijo Espínola a EFE, en uno de sus locales de venta, después de que en menos de un mes la idea haya encontrado adeptos en varios países.
El caso Ibáñez salió a la luz después de que la presión de la prensa paraguaya, a finales del pasado año, forzara al Legislativo a publicar los nombres y sueldos de sus funcionarios. Ello reveló numerosas contrataciones por parte de parlamentarios de familiares y amigos que figuraban como “asesores”. Paraguay vivió entonces una intensa oleada de protestas, principalmente en Asunción, contra del nepotismo y la corrupción política.
Restaurantes y comercios prohibieron la entrada de varios legisladores, y algunos sufrieron expresiones de repulsa en distintos locales de la capital. En ese contexto, el Legislativo aprobó una ley de transparencia, encajonada hace casi una década, que abre a la ciudadanía información sobre las contrataciones de funcionarios, los sueldos de los cargos públicos y los gastos del Estado. Sin embargo, Espínola cree que la lucha contra la corrupción tiene un camino largo en Paraguay.
Así, ahora trama un tipo de confección que denuncie las “listas sábana”, como se conoce en Paraguay a las listas cerradas que los principales partidos políticos paraguayos presentan a las elecciones. “Ahora estoy pensando dedicarme a hacer sábanas”, dijo con sorna.