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La comida para gatos se adapta a las necesidades de la especie, y lo mismo sucede con el alimento para perros, explica la Asociación Alemana de Bienestar Animal.
Existen algunas diferencias entre los alimentos para gatos y perros.
Los gatos son carnívoros: sus intestinos son cortos y están diseñados para digerir la carne. No necesitan carbohidratos o ingredientes vegetales, pero requieren una dieta alta en proteínas con suficiente taurina, ya que no pueden producir este aminoácido por sí mismos, a diferencia de los perros.
La comida para perros contiene demasiados carbohidratos y muy pocas proteínas para un gato. Y sobre todo falta la taurina, que es esencial para el funcionamiento normal del músculo cardíaco, la visión y la reproducción en los gatos.
Por el contrario, para los perros hay demasiadas proteínas y muy pocos carbohidratos en el alimento para gatos, que además es muy energético y por lo tanto engorda.
Para evitar que el gato coma regularmente del cuenco del perro, los animales deben tener lugares separados para comer y en todos los casos se deben desechar las sobras rápidamente.
Si sucede lo contrario y es el perro el que quiere comer el alimento del gato, hay algunas opciones para evitarlo. Por ejemplo, se puede entrenar al perro a no acercarse al cuenco del gato o colocar el alimento del gato a una altura a la que el perro no llegue.