Los dos procesos constituyentes, el de 2022 y el actual, surgieron tras el estallido social de 2019, las mayores protestas desde el fin de la dictadura, con una treintena de muertos y miles de heridos.
“Este Consejo se instala hoy porque hemos logrado, recorriendo un largo camino, que primen los acuerdos y demuestra, además, nuestra fortaleza como país porque somos capaces de poner el bien común sobre los intereses particulares”, indicó el mandatario.
Se trata del segundo intento de Chile en tres años por redactar una ley fundamental, luego de que el 62% de los ciudadanos rechazaron en un plebiscito en septiembre pasado una propuesta constitucional refundacional, elaborada por una convención de mayoría de izquierdas.
“La ciudadanía espera un proceso de colaboración, en donde las distintas partes sean capaces de ceder cuando sea necesario y encontrar puntos comunes en búsqueda de lo mejor para Chile”, apuntó Gabriel Boric, quien concluyó su discurso asegurando que al país “le hará bien cerrar este ciclo”.
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Segundo intento
La composición del nuevo órgano es completamente distinta al anterior, con la derecha ocupando 23 de los 51 escaños, lo que le da poder de veto de las normas constitucionales.
El oficialismo solo consiguió 16 escaños en las elecciones de hace un mes y la derecha tradicional de Chile Vamos logró 11 consejeros.
El último escaño es para un activista mapuche elegido en el cupo reservado a los pueblos indígenas, mientras que los partidos de centro-izquierda que gobernaron durante la transición a la democracia se quedaron fuera del órgano.
“Luchemos por el acuerdo, luchemos por la paz de la nación. De lo contrario, la historia no perdonará a quienes se dejen llevar por pasiones y revanchismos del pasado”, dijo Miguel Litín, el primer consejero en asumir el cargo y quien presidirá el órgano durante esta primera sesión hasta que se elija una mesa directiva.
Los consejeros tendrán 5 meses para elaborar una nueva propuesta que se plebiscitará el 17 de diciembre y trabajarán sobre un anteproyecto escrito por un grupo de expertos designados por el Congreso, que incluye una docena de principios básicos para evitar una propuesta refundacional, como el Estado social y democrático de de derecho.
La gran duda radica en si la derecha, que defiende el modelo neoliberal instalado durante el régimen y tiene poder de veto en el Consejo, respetará esas bases o se unirá con la derecha tradicional para cambiarlas de raíz.
El propio Boric aseguró el pasado domingo en el canal Chilevisión que él “aprobaría” el texto así como está.