La llegada del “cazador de utopías”, el entrenador argentino Gustavo Alfaro, en agosto de 2024 no despertó demasiada ilusión. Se lo veía como otro técnico de paso, alguien que intentaría una fórmula más. Pero más allá de lo futbolístico, sus frases llegaron a toda la población y retumbaron en los oídos como una lección para cualquier ámbito.
Se han convertido en expresiones dignas de una antología de motivación y crecimiento personal. Es así que en su primera conferencia dejó una frase que marcaría el tono de lo que vendría: “Quiero un equipo que juegue de igual a igual contra cualquiera”.
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“Me gustaría tener un equipo donde los jugadores sean hinchas de la selección, donde sepan que vienen a defender el prestigio de un pasado que fue muy importante. Quiero un equipo que juegue de igual a igual contra cualquiera y en cualquier condición”, expresó durante su presentación, aquel 16 de agosto de 2024.
El comienzo de una era
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El estreno de Alfaro fue en Montevideo, el 6 de septiembre de 2024, frente a Uruguay, donde la Albirroja en la séptima fecha de las Eliminatorias rescató un empate en el Centenario que la mantenía provisionalmente en zona de repechaje.
Tras el partido, el argentino señaló: “Yo lo que quería era recuperar el ADN de Paraguay. Hoy los muchachos dejaron la piel… Salimos con el pecho inflado y sabiendo que tenemos por delante a Brasil, con todo lo que significa”.
La prueba de fuego, contra Brasil
La gran cita llegaba en Asunción, ante Brasil, el 10 de septiembre de 2024. En su debut en el Defensores del Chaco, Paraguay logró una victoria histórica. Alfaro lo resumió con una metáfora contundente: “Lo único que tuve que hacer es zamarrear un poquito el árbol para que se caigan las arañas y que nos demos cuenta de que ese árbol está lleno de frutos. Hoy siento que Paraguay es Paraguay”.
Gustavo Alfaro compartió y celebró en el vestuario del Defensores del Chaco después de la victoria de Paraguay sobre Brasil por las Eliminatorias Sudamericanas 2026.
Un valioso empate en Quito
En la altura de 2.850 metros de Quito, la Albirroja igualó 0-0 frente a Ecuador y sumó un punto clave en la novena fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, el 10 de octubre de 2024. Alfaro no ocultó que quería más, pero rescató el crecimiento del equipo: “Miramos la tabla y no nos sentimos conformes, pero sentimos que despacito vamos recuperando el equipo y perfilándonos a esa selección de Paraguay que queremos tener, que tenga aspiraciones concretas de clasificar a una Copa del Mundo”.
El milagro ante Venezuela e invicto
Contra Venezuela, la garra paraguaya se impuso (2-1) en un partido cargado de tensión, el 15 de octubre de 2024. La selección escaló al 6º lugar de las Eliminatorias y Alfaro lo definió así: “Este era un partido de hombres, un partido para hombres… Son las batallas que te hacen hombre en serio y no va con la edad sino con el espíritu que tengas, con esa voluntad inquebrantable de no darte nunca por vencido”.
Paraguay demuestra “rebeldía” y derrota a Argentina
El Defensores volvió a vibrar con un triunfo inolvidable ante Argentina, el 14 de noviembre de 2024. Alfaro, emocionado, habló de espíritu y aprendizaje: “Rebeldía contra los pronosticadores de fracaso, rebeldía contra los que venden las fatalidades anunciadas. El alma de un jugador es tan noble, que nunca hay que darla por muerta. Si hoy estamos viviendo esto es por la rebeldía que tienen estos jugadores; me hacen las cosas muy fáciles”.
Y agregó una lección que trascendió lo futbolístico: “Si un maestro no aprende de sus alumnos, no está preparado para enseñar. Y estos chicos me enseñan un montón de cosas. Me enseñan que si antes no existían los pisos, ahora no existe el techo”.
“Los héroes malditos” remontan dos veces en El Alto
En los 4.150 metros de altitud de El Alto, Bolivia, la Albirroja rescató un 2-2 heroico y Alfaro inmortalizó una nueva comparación: “Le voy a robar el título a Pacho O’Donnell: ‘Los héroes malditos’. Estos chicos son los héroes malditos porque eran los innombrables en Paraguay”.
Gustavo Alfaro en el partido frente a Bolivia, por la fecha 12 de las Eliminatorias Sudamericanas 2026 en el estadio Municipal, en El Alto, Bolivia, siguió siendo la inspiración de todo un país. Fue el inolvidable 19 de noviembre de 2024 como broche de oro del año.
Triunfo ante Chile y cada vez más cerca del objetivo
La victoria 1-0 contra Chile por la fecha 13 significó otro salto anímico en el Estadio de los Defensores del Chaco, el 20 de marzo de 2025. Alfaro habló desde el corazón: “Cuando uno está dispuesto a ofrecer el corazón, pueden suceder cosas imposibles. Esa es mi lucha, esa es mi búsqueda con la selección y con el país. Cuántas penurias tuvieron que padecer nuestros muchachos para llegar a este momento. Hay que tener coraje para poner la cara y volver”.
Heroico empate en Barranquilla
El 2-2 en Colombia fue otro capítulo épico en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez, el 25 de marzo de 2025. Alfaro lo comparó con un examen: “Este era el filtro para que nos pongamos en carrera definitivamente… Nos falta la tesis. Tenemos tres meses para preparar la tesis”.
“Parir a la criatura”: triunfo contra Uruguay
La victoria frente a Uruguay el 5 de junio de 2025, en el Defensores, fue relatada por el técnico como un parto: “Habían pasado nueve meses desde aquel partido con Uruguay, lo mismo que necesita una criatura para nacer. Teníamos que parir esta criatura… había que prepararse para resistir, para sufrir, para trabajar y estar atentos a los detalles que podían definir el destino de un partido”.
La primera caída
Contra Brasil llegó la primera derrota, pero Alfaro no dramatizó: “Perder es parte del juego. Para aprender a ganar hay que aprender a perder también”.
El seleccionador de Paraguay, Gustavo Alfaro, se mantuvo siempre optimista e invariable en sus indicaciones en el partido por las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026 entre las selecciones de Brasil y Paraguay en el estadio Neo Química Arena en São Paulo (Brasil), el de 10 de junio de 2025. La clasificación de hacía esperar.
La clasificación soñada
El empate sin goles frente a Ecuador selló la clasificación al Mundial el pasado 4 de septiembre. Alfaro lo vivió con emoción e inmortalizó la frase: “Los jugadores reivindicaron la historia de Paraguay… Ellos fueron los valientes que pusieron la cara. Y hoy, como se los dije en la charla, si algún día tocó padecer, hoy les tocará disfrutar”.
Un cierre histórico en Lima
En la última fecha, Paraguay venció 1-0 a Perú, y logró por primera vez un triunfo en Lima, este 9 de septiembre. Alfaro resumió así la mentalidad de su equipo: “La primera batalla que hay que ganar es en la propia mente y tratar de ganarse a sí mismo”.
Gustavo Alfaro no solo dirigió un equipo de fútbol, también lideró una transformación emocional y cultural dentro de la Albirroja. Sus palabras en las conferencias dejaron de ser simples declaraciones y se volvieron auténticas lecciones de vida para jugadores y para la hinchada. Después de 16 años, Paraguay volvió a un Mundial con identidad, carácter y una voz clara, la de un entrenador que demostró que el fútbol se juega tanto con la mente como con el corazón.