En Costa Rica unas 25549 familias son productoras de café y se estima que hay unas 82539 hectáreas de áreas de café en el país. El café forma parte de la cultura y hoy destaca en varios lugares del mundo por su calidad, aroma y sabor característico.

Un aspecto a destacar es que es el primer país del mundo en exportar café libre de deforestación.
Lea más: Food pairing: la ciencia detrás de las combinaciones de sabores que sorprenden al paladar
¿Qué distingue al café de Costa Rica?
El café de Costa Rica es 100% arábica, con un nivel de cafeína medio. Costa Rica, por ley, solo permite el cultivo de café de la especie Coffea arabica desde 1989. Esto asegura una alta calidad en la producción nacional, ya que el arábica es considerado superior en sabor, aroma y complejidad frente a otras especies como el robusta.
Proviene de 7 regiones cafetaleras y son famosas sus “rutas del café”, una de ellas en una de las consideradas “zonas azules” del mundo.
En Costa Rica, el café se cultiva principalmente en zonas de alta montaña, entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar, lo que favorece el desarrollo de acidez y complejidad en taza.

Regiones como el Valle Central, Tres Ríos, Heredia y Brunca están entre las más reconocidas por su café de alta calidad. Las variedades más cultivadas son Caturra y Catuai, aunque también se producen, en menor escala, microlotes de Gesha y Villa Sarchí.
Lea más: Sésamo negro: beneficios, propiedades y cómo usarlo en la cocina
Perfil de sabor típico del café costarricense
Acidez vibrante y limpia: el café costarricense se distingue por una acidez brillante, a menudo descrita como cítrica o similar a la manzana verde. Esta acidez le otorga frescura y viveza en el paladar.

Cuerpo medio y aterciopelado: suele presentar un cuerpo medio, lo que significa que es equilibrado y agradable, sin llegar a ser muy ligero ni excesivamente denso. En boca se siente redondo, con una textura suave y sedosa.

Dulzor natural: los cafés de Costa Rica suelen tener un dulzor delicado y bien definido, normalmente asociado a notas de miel, caramelo o chocolate con leche.

Notas aromáticas y frutales: dependiendo de la región y el proceso, es común encontrar toques a frutas de hueso como el durazno, y frutos rojos, así como aromas florales y especiados, especialmente en cafés de altura.
Lea más: Frutos secos: cuántos comer por día, beneficios y tres recetas dulces fáciles
Final limpio y persistente: el retrogusto es claro, sin amargor invasivo, y suele dejar una sensación agradable y duradera en el paladar, ideal para quienes buscan elegancia en cada sorbo.
Procesos y su impacto en el sabor
Costa Rica destaca por la innovación en los métodos de procesamiento del café. El método lavado es el más tradicional, resultando en tazas limpias y brillantes.

Sin embargo, el proceso honey y el natural han ganado popularidad, aportando mayor cuerpo y matices a frutos maduros o a panela.
Café de Costa Rica: un origen confiable con propósito sostenible
El Instituto del Café de Costa Rica (ICAFE) fue creado por ley de la República para dirigir, regular y promover el desarrollo sostenible del sector cafetalero. Es un modelo único en Latinoamérica: su junta directiva integra a todos los actores de la cadena de valor—productores, beneficios, exportadores y el Estado—garantizando una gobernanza participativa e inclusiva.

Costa Rica exporta café desde antes de constituirse como República. El café ha sido parte esencial de su historia, identidad y desarrollo económico. Hoy, hablar de Café de Costa Rica es hablar de un origen confiable, que avanza bajo los principios del desarrollo sostenible.

Pero Costa Rica es mucho más que un país productor de café o un destino turístico. Es un referente regional en educación, salud y desarrollo humano.
Lea más: Concurso: invitan a retratar la gastronomía tradicional del Mercosur en fotos
Con más de 150 años de tradición democrática y un Estado sin ejército desde 1948, sorprende al mundo por su solidez institucional, su estabilidad política y su apuesta por el bienestar colectivo a través de la inversión en su gente.

Ese mismo compromiso se refleja en su modelo económico: Costa Rica es hoy un polo de atracción de inversión extranjera directa, impulsado por su talento humano calificado, su sistema educativo estratégico y su adhesión a los más altos estándares laborales, ambientales y éticos.

En ese contexto, el café ocupa un lugar especial. Si bien no son el mayor exportador en volumen, destacan por su filosofía basada en la excelencia.
El Café de Costa Rica ha conquistado mercados exigentes en Norteamérica, Europa y Asia, gracias a su calidad, trazabilidad y responsabilidad social y ambiental.
Como dijo una vez el Papa Francisco: “el café de Costa Rica es el mejor del mundo”.