Cómo conseguir el punto perfecto en un huevo escalfado

Elaboración paso a paso

1. Llenar una cacerola con suficiente agua para que haya al menos 5 centímetros de profundidad. Esto permite que los huevos tengan el espacio suficiente para formarse correctamente. Calentar el agua a fuego medio hasta que alcance una temperatura apenas por debajo del punto de ebullición (unos 80-85°C). El agua no debe hervir, sino estar a una temperatura en la que apenas se formen pequeñas burbujas en el fondo de la cacerola.
2. Añadir una cucharada de vinagre blanco al agua ayudará a coagular las claras de huevo rápidamente, aunque este paso es opcional. El sabor del vinagre no se transfiere al huevo y ayuda a mantener la clara envolviendo a la yema.
3. Romper el huevo en un bol pequeño. Esto facilitará verterlo suavemente en el agua, minimizando el riesgo de que la yema se rompa o la clara se disperse.
4. Con una cuchara, crear un vórtice girando el agua en una dirección. Esta acción ayuda a envolver la clara alrededor de la yema mientras el huevo se cocina, logrando una apariencia más compacta.
5. Deslizar suavemente el huevo en el centro del remolino. Cocinar durante aproximadamente 3-4 minutos para obtener una yema líquida. Si se prefiere una yema más firme, cocinar por unos minutos adicionales.
6. Con una espumadera, sacar el huevo cuidadosamente del agua. Escurrirlo brevemente en papel de cocina para eliminar el exceso de agua.
7. Agregar una pizca de sal y pimienta al gusto. Servir el huevo inmediatamente sobre tu plato preferido.