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A veces, todo el esfuerzo que se pone en preparar una comida más nutritiva puede resultar ineficaz si se cometen algunos de estos errores tan recurrentes en nuestra forma habitual de cocinar.
Cuáles son los principales errores de cocina
1. Poner aceite en el agua de la pasta. Muchos creen que añadir aceite al agua evita que la pasta se pegue entre sí y con el fondo de la olla. En realidad, esto está lejos de ser cierto. De hecho, la adición de aceite al agua para hervir fideos elimina ciertos nutrientes de la pasta y solo añade calorías innecesarias.
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También hace que sea más difícil que la salsa se adhiera a la pasta. Para evitar que los fideos se peguen, el único secreto es colocar abundante agua y mantenerla hirviendo constantemente de manera que la pasta esté siempre en movimiento.
2. Hervir demasiado las verduras. Cuando las verduras se hierven, una buena parte de sus nutrientes –como las vitaminas y proteínas– quedan en el agua y se eliminan con el vapor.
Es mejor utilizar una vaporera para vegetales o, incluso, colocarlos a la parrilla para asegurar su sabor y valor nutricional. El líquido donde se hirvieron los vegetales sirve para hacer caldos, sopas y salsas.
3. Confundir grasa con calorías. El aceite de oliva y la manteca tienen una cantidad similar de calorías en cada porción, aunque el primero aporte grasas más saludables, así que no compense en exceso cuando utilice el aceite de oliva saludable durante la cocción.
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4. Pelar las frutas y verduras. Una gran cantidad de frutas y verduras mantienen sus nutrientes esenciales –como las vitaminas A y C– en o justo debajo de su piel, por lo que se las debe comer sin pelar tanto como sea posible, para obtener todos sus beneficios.
5. Escatimar en sabor. Mucha gente piensa que una comida nutritiva tiene que ser insípida y simple, pero esto no es verdad. Comer alimentos que son pobres en sabor hará que una alimentación sana sea una tarea aburrida, y será más probable que anhele los alimentos poco saludables y sabrosos.
Utilizar sin escatimar especias, como la albahaca y pimienta de cayena, que aumentan la velocidad del metabolismo, orégano, clavos de olor y canela, que son antibacteriales. Romero, tomillo, nuez moscada y las hojas de laurel son también muy ricos en antioxidantes.
6. Excederse con los tiempos de cocción. Esto es especialmente importante cuando se trata de verduras, ya que son algunos de los alimentos más fáciles de cocinar en exceso. Cuando se cocinan demasiado las verduras, suceden dos cosas: se convierten en poco apetecibles (¿quién quiere comer una calabaza blanda?) y pierden mucho de su valor nutritivo, convirtiéndolas en calorías perdidas.
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Asegurate de que las verduras no cambien de color y comiencen a ponerse pálidas y que las carnes no tengan partes negras. Las quemaduras no solo indican que los nutrientes se han perdido, sino que también liberan sustancias potencialmente cancerígenas.
7. Cocinar con salsas pesadas. No arruines una deliciosa y nutritiva comida vegetariana añadiéndole demasiada salsa de soja y aceites que suman un montón de calorías innecesarias.
Solo utilizá la salsa suficiente para añadirle sabor al plato, aprovechando las versiones que sean bajas en calorías, bajas en sodio o bajas en grasas y sin crema.
8. Cocinar los vegetales apenas cortados. Al cortar las verduras se rompen las paredes celulares dentro de ellas y esto activa ciertas enzimas que son las que convierten ciertas sustancias en otras más saludables.
El calor de la cocción inactiva estas enzimas. Es importante dejar que ciertas verduras cortadas descansen antes de cortarlas para que esta conversión pueda tener lugar. En el brócoli, coliflor, repollo, repollitos de Bruselas y las verduras de hoja verde, la mirosinasa es la enzima que convierte algunos de sus fitonutrientes en formas activas.
Conviene dejar que descansen durante al menos 10 minutos antes de cortarlos o consumirlos. Además, como la vitamina C mejora la actividad de esta enzima, conviene rociar un poco de jugo de limón sobre los vegetales cortados para mejorar la actividad de la mirosinasa.
9. Comer siempre lo mismo. No importa cuál sea la comida, comer los mismos alimentos una y otra vez es la forma más rápida de cansarse de comerlos.
Evitá caer en la rutina y perder la motivación para comer saludable, cambiando constantemente las comidas; utilizando diferentes ingredientes, métodos de cocción, y todo lo que sea necesario para hacer que una alimentación saludable sea algo divertido y delicioso.
10. No lavar bien todo. Muchos creen que no es necesario lavar la fruta o las verduras que serán peladas. Esto es un error, puesto que las bacterias dañinas que se encuentran en el exterior se pueden transferir fácilmente al interior cuando se manipula y se corta el producto.
Es muy importante lavar frutas y verduras, sobre todo las de hoja, con agua corriente antes de manipularlas. La intoxicación alimentaria puede ser más grave para los ancianos, niños pequeños y personas con sistemas inmunes comprometidos. Aunque los casos extremos son relativamente raros, es mejor prevenir que curar.
Fuente: www.eatingwell.com