Día Mundial para la Prevención del Suicidio: claves para detectar señales de alerta

Cada 10 de septiembre, el Día Mundial para la Prevención del Suicidio destaca la urgencia de abordar una crisis global: según la OMS, más de 700.000 muertes al año reflejan la necesidad de una detección temprana y un apoyo efectivo.

Silueta de hombre cabizbajo.
Silueta de hombre cabizbajo.BenGoode

Qué es y cuándo se conmemora

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio se conmemora cada 10 de septiembre, impulsado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y respaldado por la Organización Mundial de la Salud.

La jornada apunta a reducir estigmas, mejorar el acceso a ayuda y fortalecer la prevención comunitaria. Según la OMS, más de 700.000 personas mueren por suicidio cada año a nivel global, y por cada muerte se estiman muchos más intentos, lo que subraya la importancia de la detección temprana y el acompañamiento.

Señales de alerta que pueden aparecer en lo cotidiano

  • Expresiones verbales directas o veladas: mencionar ganas de morir, “no doy más”, “sería mejor desaparecer”, bromas recurrentes sobre la muerte o despedidas inusuales.
  • Cambios marcados en el ánimo: oscilaciones rápidas, irritabilidad, apatía o euforia repentina después de un período depresivo.
  • Aislamiento social: dejar de responder mensajes, evitar actividades que antes disfrutaba, retraerse en el trabajo o el estudio.
  • Conductas de riesgo: aumento del consumo de alcohol u otras sustancias, manejo imprudente, autolesiones.
  • Alteraciones del sueño o del apetito: insomnio persistente, hipersomnia, pérdida o aumento marcado del apetito.
  • Preparativos inusuales: ordenar asuntos personales, regalar objetos de valor, buscar información sobre métodos.
  • Desesperanza o carga percibida: decir que se siente como “una carga”, que “nada va a mejorar” o que “no hay salida”.

Qué pueden hacer familiares, amistades o colegas

Concepto de ayuda, dar una mano.
Concepto de ayuda, dar una mano.
  • Abrir la conversación con claridad y calidez: preguntar de forma directa y sin rodeos si la persona está pensando en hacerse daño. Preguntar no “siembra la idea”; puede aliviar y habilitar ayuda.
  • Escuchar activamente: dejar hablar, validar el malestar (“entendiendo que la estás pasando muy mal”), evitar minimizar (“ya se te va a pasar”) o juzgar.
  • Evaluar el riesgo inmediato: si hay un plan concreto, acceso a medios letales o señales de urgencia, priorizá la seguridad y buscá ayuda profesional de inmediato.
  • No prometas confidencialidad absoluta: si la vida está en riesgo, es necesario involucrar a profesionales, familiares de confianza o servicios de emergencia.
  • Reducir el acceso a medios letales: retirar o asegurar objetos o sustancias potencialmente peligrosas cuando sea posible y seguro hacerlo.
  • Facilitar el acceso a atención: ofrecer acompañar a una consulta, ayudar a coordinar turnos o contactar servicios de salud mental.
  • Mantener el contacto: enviar mensajes breves, chequear cómo sigue, proponer actividades simples. El seguimiento reduce riesgos y transmite sostén.
  • Respetar la dignidad y la autonomía: apoyar decisiones saludables, evitar controlar o vigilar de manera invasiva.

Pautas para hablar de manera responsable

  • Usar lenguaje cuidadoso: decir “morir por suicidio” en lugar de “suicidarse” o “cometer suicidio”, evitando términos que estigmatizan.
  • Evitar detalles sobre métodos o descripciones gráficas, que pueden tener efecto imitativo.
  • Poner el foco en recursos, recuperación y caminos de ayuda, no en la espectacularización del hecho.
  • Reconocer factores protectores: vínculos de apoyo, acceso a tratamiento, pertenencia comunitaria, habilidades para resolver problemas.

Mitos y realidades clave

  • “Si lo dice, no lo hará”: falso. Las verbalizaciones son señales de alerta y deben tomarse en serio.
  • “Preguntar incita al suicidio”: falso. La evidencia sugiere que preguntar de forma empática puede reducir el riesgo y favorecer la búsqueda de ayuda.
  • “Solo profesionales pueden ayudar”: erróneo. El entorno cercano cumple un rol crítico para detectar señales y acompañar, aunque la evaluación clínica sea indispensable.

Cuándo y cómo derivar a profesionales

  • Si hay ideas persistentes de muerte, planificación, autolesiones, psicosis, consumo problemático o un cambio abrupto de conducta, es momento de derivar.
  • Opciones de atención: servicios de salud mental públicos o privados, guardias de hospitales, líneas de ayuda en crisis, cobertura de medicina prepaga/seguros y dispositivos comunitarios.
  • En una emergencia o peligro inmediato, contactá a los servicios de emergencia locales. Si es seguro, quedate con la persona hasta que llegue ayuda.

Recursos y estrategias preventivas en ámbitos cotidianos

  • En la familia: acordar rutinas de sueño y alimentación, sostener espacios de conversación y buscar apoyo profesional ante primeros signos.
  • En la escuela o universidad: promover programas de alfabetización en salud mental, protocolos de crisis y capacitación docente para detección temprana.
  • En el trabajo: implementar canales confidenciales, capacitaciones para mandos medios, flexibilizar tareas ante crisis y difundir recursos de asistencia.
  • En comunidades: fortalecer redes barriales, grupos de pares y actividades culturales o deportivas que den pertenencia y soporte emocional.

Si vos o alguien cercano está en riesgo inmediato, contactá a los servicios de emergencia locales o una línea de crisis de tu país. No estás solo; la ayuda profesional y el acompañamiento cercano pueden marcar la diferencia.

Línea 155: apoyo a la salud mental

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