¿Por qué nos cuesta decir que no?
Según expertos en psicología, existen varias razones detrás de la dificultad para negar peticiones o imponer límites claros:
- Miedo al rechazo o al conflicto: muchas personas temen que decir “no” provoque decepción, enojo o incluso el alejamiento de los demás.
- Deseo de agradar: el querer ser aceptado y valorado puede llevarnos a anteponer las necesidades ajenas sobre las propias.
- Educación y cultura: en algunas familias y sociedades, existe la creencia de que ser “bueno” significa siempre estar disponible para los demás.
- Baja autoestima: quienes no confían plenamente en sí mismos pueden sentir que sus necesidades importan menos que las ajenas.
Lea más: Soñar que volás: qué significa y qué revela de tu vida emocional
Las consecuencias de no poner límites

No saber decir que no puede tener efectos negativos en la salud mental y en la calidad de vida. Entre las consecuencias más comunes están:
- Cansancio y estrés crónico
- Sentimientos de frustración o resentimiento
- Dificultad para priorizar y cumplir con compromisos personales
- Pérdida de sentido de identidad y autonomía
Lea más: Lo que tus manos dicen de vos cuando hablás: el lenguaje oculto del cuerpo
¿Cómo aprender a decir que no?
La buena noticia es que la asertividad —la capacidad de expresar deseos y opiniones de forma clara y respetuosa— se puede entrenar.
Estas son algunas recomendaciones de la psicología para comenzar:
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
- Reconocé tus límites: antes de poder expresarlos, identificá qué situaciones o pedidos te resultan incómodos o excesivos.
- Practicá respuestas: podés ensayar frases como “Gracias por pensar en mí, pero en este momento no puedo ayudarte” o “Prefiero no comprometerme con eso ahora”.
- Se firme pero amable: decir que no no implica ser grosero. Hablá con claridad y sin rodeos, pero siempre desde el respeto.
- No te justifiques de más: no siempre es necesario explicar detalladamente los motivos de tu negativa.
- Cuidá tu lenguaje corporal: la congruencia entre palabras y gestos refuerza tu mensaje.
- Aprendé a tolerar la incomodidad: es normal sentir culpa o temor la primera vez, pero con la práctica resulta más sencillo.
Lea más: Día Internacional del mal de amores: el dolor emocional que también tiene cura
El papel de la terapia psicológica
Si poner límites representa una dificultad recurrente y genera malestar significativo, acudir a un especialista en salud mental puede ser de gran ayuda.
Los profesionales pueden proporcionar herramientas y acompañamiento para fortalecer la autoestima, la asertividad y el autocuidado.
Decir “no”, lejos de ser un acto egoísta, es un paso fundamental para construir una vida equilibrada y relaciones sanas. La psicología nos recuerda que, al poner límites, también nos estamos diciendo “sí” a nosotros mismos. Aprender a hacerlo es, sin duda, una de las decisiones más importantes para nuestro bienestar emocional.