Moverse es invertir en salud
Numerosas investigaciones científicas han demostrado que la actividad física regular retrasa el envejecimiento celular, fortalece el sistema inmunológico y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión y algunos tipos de cáncer.
Pero los beneficios van mucho más allá del aspecto físico: entrenar también mejora el ánimo, la memoria y la conexión social, aspectos fundamentales para disfrutar cada etapa de la vida.
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Ejercicios clave para la longevidad
A continuación, te sugerimos tipos de ejercicios que, según expertos en salud y longevidad, debés considerar para incorporar en tu rutina semanal.
1. Entrenamiento cardiovascular. Caminar a ritmo ligero, nadar, andar en bicicleta o bailar ayudan a mantener el corazón y los pulmones fuertes.

La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos semanales de actividad cardiovascular moderada.
Estos ejercicios mejoran la circulación y estimulan la liberación de endorfinas, contribuyendo tanto a tu bienestar físico como emocional.
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2. Ejercicios de fuerza. El entrenamiento de fuerza, con pesas, bandas elásticas o el propio peso corporal, es esencial para prevenir la sarcopenia (pérdida de masa muscular asociada a la edad).

Dedicar dos a tres sesiones por semana a trabajar los principales grupos musculares fortalece tus huesos, mejora tu equilibrio y te permite mantener la independencia en tareas cotidianas a medida que pasan los años.
3. Flexibilidad y equilibrio. Disciplinas como el yoga, el pilates o el tai chi ayudan a mantener las articulaciones flexibles y a prevenir lesiones por caídas, especialmente en la adultez mayor.

Dedicar unos minutos diarios a estiramientos y ejercicios de balance puede marcar una gran diferencia en tu movilidad futura.
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4. Entrenamiento funcional. Estos ejercicios imitan movimientos que realizamos cada día, como agacharse, levantar objetos o girar el torso.
Trabajar el core (zona media del cuerpo) y la coordinación prepara a tu organismo para afrontar mejor los desafíos cotidianos y reduce el riesgo de lesiones.
Claves para empezar y mantenerte activo
- Consultá a un profesional antes de iniciar una nueva rutina, especialmente si tenés alguna condición de salud.
- Escuchá tu cuerpo: la progresión debe ser gradual y adaptada a tus capacidades.
- Buscá compañía: entrenar con amigos o en grupo no solo es más entretenido, sino que ayuda a mantener la motivación a largo plazo.
- Disfrutá el proceso: elegir actividades que te gusten aumenta tus probabilidades de mantener la constancia.
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Más allá del ejercicio: un enfoque integral
La longevidad también se construye con una alimentación balanceada, una buena calidad de sueño, la gestión del estrés y relaciones sociales sanas.
Sin embargo, moverse cada día es la base sobre la que se apoyan todos estos pilares. No se trata solo de vivir más años, sino de agregar vida a los años.
Dedicá un tiempo a invertir en vos y hacé del movimiento un hábito central en tu vida. Así, tu longevidad será activa, plena y feliz.