Rutina de autocuidado cuando estás enfermo pero igual tenés que trabajar

Estar enfermo y no poder hacer una pausa completa es una realidad para muchas personas. Si tenés que seguir trabajando mientras tu cuerpo pide reposo, esta rutina de autocuidado te va a ayudar a sostener tu energía, aliviar los síntomas y priorizar lo esencial sin forzar el cuerpo.

Trabajar enfermo.
Trabajar enfermo.Shutterstock

Qué hacer si estás enfermo pero no podés reposar

1. Dormí todo lo que puedas (aunque trabajes). El descanso no es negociable. Aunque tengas tareas pendientes, intentá dormir al menos 8 horas por la noche y sumar siestas breves durante el día si el cuerpo lo pide.

Si podés trabajar desde casa, organizá pausas cada 90 minutos para recostarte o desconectarte unos minutos.

2. Hidratate bien y comé liviano pero nutritivo. Cuando estás enfermo, el cuerpo necesita más líquidos. Tomá agua a lo largo del día, infusiones tibias (como té de jengibre o manzanilla) y caldos livianos.

Comé frutas, verduras cocidas, sopas y alimentos ricos en vitamina C y zinc. Evitá comidas pesadas o ultraprocesadas.

3. Creá un entorno amable. Si trabajás desde casa, prepará un rincón cómodo y cálido. Colocá una manta cerca, usá ropa suave y cómoda, y asegurate de que haya buena ventilación.

Si necesitás trabajar en oficina, llevá una botella de agua, pañuelos, caramelos y algo reconfortante como una bufanda.

4. Organizá tus tareas con realismo. No es momento de ser hiperproductivo. Concentrate en lo urgente y delegá lo que puedas. Si tenés libertad, hacé bloques de trabajo más cortos y flexibles. Lo importante es sostener lo esencial sin sobreexigencias.

5. Cuidá tu mente: menos exigencia, más amabilidad. Sentirse mal físicamente también puede afectar tu estado de ánimo. Respirá profundo, cerrá los ojos unos minutos o hacé pausas breves de meditación. Permitite estar más lento y recordá que estar enfermo no es debilidad: es un mensaje del cuerpo.

6. Evitá saturarte de pantallas. La fatiga visual empeora el malestar. Reducí el brillo de los dispositivos, usá modo nocturno o filtros de luz azul, y tomá descansos visuales cada 30 minutos. Mirá por la ventana o cerrá los ojos un momento.

7. Escuchá tu cuerpo y consultá al médico. Si los síntomas empeoran o persisten, no lo ignores. Consultá con un profesional, seguí las indicaciones médicas y no automediques. Tu salud viene primero.

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