Qué hacer para prevenir el contagio
1. Reforzá tus defensas desde adentro. Mantené una dieta rica en frutas, verduras, vitamina C y D. Sumá alimentos fermentados o con probióticos, y tomá al menos dos litros de agua por día.
2. Lavate las manos constantemente. Es la medida más efectiva. Usá agua y jabón durante al menos 20 segundos. Si no podés, optá por alcohol en gel al 70 %.
3. Limpiá lo que todos tocan. Pasá un desinfectante por manijas, celulares, controles y teclados. Muchos virus respiratorios sobreviven horas en superficies.
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4. Usá barbijo si estás expuesto. En espacios cerrados o transporte público, una mascarilla puede marcar la diferencia, sobre todo si tenés contacto cercano con personas enfermas.

5. Dormí bien, todos los días. El descanso es clave para la regeneración inmunológica. Dormí entre 7 y 9 horas por noche sin interrupciones.
Qué evitar si querés mantenerte sano
1. No compartas objetos personales. Evitá usar vasos, utensilios o toallas de otras personas. Son vía directa de contagio.
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2. No te toques la cara. Los virus entran por nariz, boca y ojos. Tocarte con las manos sucias aumenta el riesgo de infección.
3. No dejes de moverte (pero sin exceso). Un poco de ejercicio moderado estimula las defensas. El sedentarismo debilita el sistema inmune, pero si te sentís mal, bajá el ritmo.
4. Evitá el tabaco y el alcohol. Fumar y beber en exceso inflaman las vías respiratorias y bajan las defensas. Si estás en temporada de virus, mejor alejate.
5. No minimices los primeros síntomas. Un estornudo no siempre es solo un estornudo. Si empezás a sentirte mal, tomá medidas desde el inicio y descansá.