Los internos sostienen que, incluso antes del operativo Umbral, cuando el centro penitenciario recibió a 783 personas privadas de libertad en agosto pasado, ya se tenían serios problemas en el acceso al agua potable, situación que actualmente se agravó.
“Estamos suplicando que nos provean de agua potable para beber y para nuestro aseo personal. El agua que recibimos es de color rojizo, es simplemente asquerosa, intomable”, señala la carta de los internos, difundida a través de familiares el sábado pasado.

El 30 de septiembre, la Asociación de Familiares por los Derechos Humanos del Centro Penitenciario de Minga Guazú envió una nota al viceministro de Justicia, Rafael Caballero Campos, expresando su preocupación por la escasez del líquido vital. En esa ocasión advirtieron que “la falta de agua por varios días constituye una violación a los derechos humanos, una forma de trato cruel e inhumano que no admite excusas ni justificaciones”.
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Posteriormente, el 7 de octubre, los familiares presentaron una nueva nota al director del penal, Jesús Pérez Guerrero, solicitando la instalación de una mesa de diálogo para abordar la situación que atraviesan los internos, pero hasta ahora no recibieron una respuesta concreta.
“Nuestros familiares se quieren amotinar”
Desde la Asociación de Familiares por los Derechos Humanos del Centro Penitenciario de Minga Guazú, manifestaron que los internos están analizando amotinarse ante la situación “degradante” que viven en el penal.
“Este fin de semana el agua que nos entregaron era de color naranja. Ellos no tienen acceso a agua potable y se ven obligados a tomar esa agua. Muchos internos no reciben visitas y están abandonados y solo pueden consumir lo que les dan adentro”, señaló una de las familiares en conversación con este medio.

Explicaron que los baños “ya están saturados, el olor es nauseabundo” y que la situación afecta a unos 900 internos. “Parecemos mulas llevando botellas de agua cada fin de semana para que no pasen sed. Es humillante. Además, son más las personas que no reciben visitas y toman esa agua sucia”, lamentó.
La mujer denunció además amenazas hacia familiares y personas privadas de libertad que intentan reclamar por sus derechos. “A mi esposo le advirtieron que lo iban a trasladar al módulo de máxima seguridad si encabezaba un amotinamiento. Hay miedo, pero también desesperación”, afirmó.
La Asociación de Familiares asegura que desde la apertura del penal, presentado oficialmente como “modelo” en materia de reinserción social, existen problemas en el suministro de agua. “Desde el inicio no se cuenta con pozo ni sistema propio que funcione. Pedimos explicaciones al director y a las autoridades del Ministerio de Justicia, pero no obtenemos respuestas ni audiencias”, explicó.
Niegan desabastecimiento de agua
La arquitecta Stella Azuaga, directora de Obras e Infraestructura del Ministerio de Justicia, negó que exista desabastecimiento de agua en el penal y aseguró que diariamente reciben 80.000 litros suministrados por Itaipú Binacional.
Agregó que el establecimiento también dispone de un pozo artesiano, cuyo líquido no es apto para el consumo humano, pero se utiliza para tareas de limpieza y para los sanitarios.
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Solución definitiva
Azuaga informó que este fin de semana entrará en funcionamiento la planta de tratamiento de agua construida por el Parque Tecnológico de Itaipú (PTI), lo que permitiría una solución definitiva al problema del suministro.
“La planta de tratamiento ubicada cerca del río Acaray ya está terminada. Se realizó un muestreo y se detectó una pequeña pérdida en el ducto, que está siendo reparada. Este fin de semana estaría lista, incluso antes”, indicó la arquitecta.
En otro momento, dijo que el agua entregada actualmente por Itaipú cumple con los estándares de calidad para el consumo humano y que, además, Essap distribuye agua mineral envasada.