Antes de las grandes ceremonias como los Óscar, hay equipos de personas que están ocupados durante semanas imaginando peinados y maquillajes que enaltezcan a sus famosos clientes.
Sabrina Bedrani es una de esas pequeñas hadas. La maquilladora francesa primero se hizo un nombre en el mundo de la moda, trabajando con grandes fotógrafos como Peter Lindbergh, antes de establecerse en la ciudad de Los Ángeles, donde se convirtió rápidamente en una de las artistas de maquillaje preferidas de celebridades como Julianne Moore, Heidi Klum y Felicity Jones.
Es ella quien se ha ocupado, desde el lanzamiento de La teoría del todo, del rostro de Jones, la británica nominada a Mejor actriz en los premios Óscar de este domingo por su papel de Jane, la valiente mujer del físico británico Stephen Hawking.
“Las campañas para los Oscar duran tanto como las campañas presidenciales”, dice Sabrina, quien está detrás de todos los pasos de Jones cuando está en Los Ángeles. Esta maquilladora recuerda la promoción de La teoría del todo como una vorágine de actividades: comenzó en la presentación del Festival de Cine de Toronto en septiembre y después su estreno en Estados Unidos en octubre. “Y, como fue bien recibida, (siguió en) toda la temporada de premios”, del Globo de Oro a los Premios SAG hasta los Óscar, cuenta Sabrina, una atractiva morena de pelo largo.
“Como Felicity no vive en Los Ángeles, cuando viene acá su agenda se sobrecarga. Mantiene encuentros con el público, sesiones de fotos para revistas, entrevistas, concurre a galas”. A cada paso, Sabrina lleva sus pinceles para matizar, retocar el lápiz labial o transformar a su protegida en la reina de la noche. “Si se trata de un programa matutino de televisión, el tono es más informal y el maquillaje más natural; si se trata de la gala de los Óscar, uno debe lograr el glamour hollywoodense”, dice esta maquillara.
“Se instala una relación de confianza, es necesario compartir el mismo gusto estético”, añade Sabrina, que dice preferir los maquillajes ligeros.
El estilista Arnaud Ozharun, que se ocupa especialmente de Michelle Monaghan, se niega a trabajar con “extensiones y bucles, esas cosas me horrorizan”.
Antes de que un gran evento como los Óscar, el equipo se reúne con la celebridad. “Todo parte del vestuario. Si se trata de un vestido de fiesta uno no quiere lograr un aspecto demasiado señorial. Se puede optar por un maquillaje bien ligero o por el contrario un lápiz labial rojo fuerte o un naranja más moderno”, dice Sabrina.
A veces, si la actriz viaja, la reunión se puede resumir en “un intercambio de fotos o un boceto por correo electrónico”. Arnaud cuenta que fue contratado via Skype para ayudar al equipo de True Detective con el estilo de Monaghan durante el rodaje de la serie televisiva en Louisiana.
Cuando llega el día D, la preparación es por lo general en un hotel, dos o tres horas antes del evento. “Para la alfombra roja tiendo a poner más polvo para que el maquillaje resista. Los Ángeles puede ser muy caluroso y tener grandes congestiones y puede tomar dos horas para llegar a destino”, explica Sabrina. Ella desliza en el bolsillo de sus clientes “papeles” especiales para absorber el brillo, “polvo compacto o una barra de labial para que ellas mismas hagan sus retoques”.
Para sus célebres clientes es común sentir “tensión con un poco de estrés, porque saben que serán fotografiados, disecados, y no es necesariamente cómodo para todos” estar frente a los fotógrafos, dice Sabrina. Arnaud, con 50 años de experiencia, confiesa a veces no dormir la noche antes de un gran día. Para los Globos de Oro, Monaghan estaba nerviosa por su nominación. “Creía que le había cortado demasiado su pelo. Pero al día siguiente me envió un mensaje diciéndome que estaba muy feliz”.