Comercio global pierde fuerza y registraría solo un crecimiento de 1,8 % para el 2025

El comercio mundial, que había mostrado signos de resiliencia en los últimos años, comienza a dar señales claras de desaceleración. De acuerdo con un reciente informe del Banco Mundial (BM), las perspectivas para el año 2025 indican un crecimiento del comercio global de 1,8%, muy por debajo del 3,4% registrado en 2024. Esta revisión a la baja afecta tanto a economías avanzadas como emergentes, aunque estas últimas podrían verse especialmente expuestas debido a su dependencia de mercados más grandes.

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ABC Color

Uno de los datos más preocupantes es que la previsión para 2025 fue recortada en 1,3 puntos porcentuales desde las estimaciones de enero. Si se concreta este escenario, el comercio mundial crecería a un ritmo inferior al promedio de 4,9% observado en las dos décadas previas a la pandemia. Esta tendencia plantea desafíos importantes para los países en desarrollo, particularmente aquellos que dependen en gran medida de la exportación de manufacturas o commodities.

Además, el BM advierte que los flujos comerciales están empezando a resentirse. En abril de este año, el volumen de importaciones de bienes a nivel global creció apenas 2,9% en términos interanuales, una fuerte caída frente al 6,7% registrado en marzo. En Estados Unidos, el descenso fue aún más marcado: las importaciones de bienes se redujeron casi 20% respecto al mes anterior, reflejando una pérdida de impulso significativa en uno de los principales motores del comercio mundial.

Las restricciones comerciales también han tomado un papel protagónico. Desde 2022, las economías avanzadas han sido responsables de cerca del 70% de las nuevas medidas restrictivas al comercio. Aunque estas economías aún mantienen niveles de apertura mayores que muchos países en desarrollo, el efecto dominó de sus políticas podría perjudicar especialmente a las economías emergentes. Regiones como Europa Central, América Latina y el Caribe, cuyas economías están fuertemente integradas con mercados desarrollados, enfrentan un entorno más adverso.

A esto se suma el deterioro en los indicadores de pedidos internacionales. En más de dos tercios de los países que reportan datos, el componente de nuevos pedidos de exportación de los índices de gerentes de compras (PMI) muestra una caída. En abril estos índices alcanzaron su nivel más bajo en 20 meses, y en mayo se mantuvieron débiles. En particular, las economías en desarrollo con estructuras comerciales más abiertas muestran señales más marcadas de enfriamiento.

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Reconfiguraciones aún más importantes

El contexto actual presenta múltiples riesgos. Por un lado, los países podrían aplicar nuevas restricciones comerciales, reactivando aranceles previamente anunciados o imponiendo medidas de represalia. Esto podría afectar no solo a las partes directamente involucradas, sino también a terceros países integrados en las mismas cadenas de suministro. Por otro lado, una incertidumbre prolongada en torno a la política comercial puede retrasar decisiones de inversión y dificultar el reordenamiento de las cadenas logísticas.

En medio de este panorama desafiante, los acuerdos comerciales aparecen como uno de los pocos factores positivos. En tal sentido, es de mencionar que, en el año 2024, habían entrado en vigor siete nuevos acuerdos comerciales regionales, un aumento frente a los cuatro registrados en 2023, aunque aún por debajo del promedio anual de diez acuerdos observado durante la década de 2010. Algunos de estos acuerdos combinaban bienes y servicios, como el firmado entre la Unión Europea y Chile, o entre la UE y Nueva Zelanda. Otros, como el tratado entre China y Ecuador, se concentran exclusivamente en bienes.

En paralelo, el Reino Unido se sumó al Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) en diciembre de 2024, ampliando su alcance a cerca del 15% del PIB mundial. A su vez, se reportaron avances en la implementación de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), con la participación de países clave como Sudáfrica y Nigeria. Estados Unidos y el Reino Unido también lograron un acuerdo que reduce diversas barreras arancelarias y no arancelarias.

Pese a estos desarrollos, el ritmo de crecimiento del comercio mundial sigue en retroceso. Para los países en desarrollo, especialmente aquellos que dependen de las exportaciones hacia economías avanzadas, esta desaceleración plantea riesgos importantes para su crecimiento económico y su estabilidad externa. La evolución de las tensiones geopolíticas y la capacidad de adaptación de las políticas comerciales serán determinantes para definir el escenario de los próximos años.

En definitiva, aunque el comercio global ha mostrado cierta resistencia hasta ahora, el mundo se encamina hacia un periodo de menor dinamismo comercial. De acuerdo con las perspectivas del organismo internacional, de cara a 2026, se espera una recuperación parcial del comercio global, con una proyección de crecimiento de 2,7%.

No obstante, esta cifra sigue 0,8 puntos porcentuales por debajo de las estimaciones realizadas a comienzos de este año, lo que confirma la persistencia de factores de incertidumbre. Por tanto, las economías emergentes deberán redoblar sus esfuerzos por diversificar mercados, fortalecer su competitividad y aprovechar los nuevos acuerdos regionales si desean evitar una pérdida prolongada en las oportunidades comerciales.

* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones

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