Probióticos, ¿sí o no?

¿Dónde podemos encontrarlos y por qué recomiendan su ingesta diaria? Los alimentos probióticos son una opción natural para mantener en buen estado la flora intestinal. Están presentes en derivados de lácteos fermentados, como el yogur y queso fresco. Aquí, un destaque de esta beneficiosa alternativa nutricional.

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la definición de probiótico es: “Microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en el organismo hospedador”. Según refiere el doctor Vladimir Vidal González: “Estos microorganismos son bacterias ‘buenas’ que colonizan en el intestino delgado y el colon”. El clínico profesional expone que, en conjunto, se los denomina microbiota intestinal y viven en simbiosis con nuestro organismo. Cita que los más conocidos son lactobacillus, bifidobacterium y thermophilus, y sostiene que se caracterizan por ayudar a regular la flora intestinal estableciendo un balance y equilibrio e impidiendo el desarrollo y crecimiento de bacterias patógenas productoras de enfermedades. Vidal González destaca que se trata de microorganismos que colaboran con el aparato digestivo, ya que estimulan las enzimas naturales y secreciones digestivas para un adecuado funcionamiento. Además, detalla que se estudian sus efectos preventivos con relación al cáncer de colon, debido a que la flora intestinal interviene en esta patología. El galeno afirma que existe un vínculo estrecho entre estos comestibles y la neoplasia.

A pesar de la existencia de pruebas científicas que avalan la credibilidad de los beneficios que aportan los alimentos probióticos, hay opiniones dispares con respecto a su consumo. Sin embargo, un gran número de expertos los aconsejan porque, conforme aseguran, favorecen el mejoramiento de las defensas naturales del organismo. En este sentido, Vidal finaliza subrayando que los efectos positivos de los probióticos incluyen: la reducción de los niveles del colesterol malo, la producción de jugos gástricos, la prevención del crecimiento de hongos y bacterias patógenas, y el aumento de la energía vital. Por otra parte, reducen la posibilidad de contraer infecciones, sobre todo aquellas que interfieren en la salud intestinal. “Asimismo, ayudan a eliminar los síntomas y las alergias, contribuyen grandes cantidades de vitamina C, cooperando con la absorción de minerales, y son recomendables para personas medicadas con antibióticos”, subraya el médico, al tiempo de detallar que su función principal es colaborar en el equilibrio del sistema inmunitario.

En opinión del licenciado en Nutrición, Alejandro Argüello, en los derivados lácteos fermentados, como el yogur, y queso fresco, se da la presencia natural de probióticos. “Asimismo, están vigentes en el kimchi, un fermento utilizado por los coreanos en sus elaboraciones gastronómicas; en las microalgas, un ingrediente fundamental para cocinar el famoso plato japonés sushi, y, también, en la sopa de miso, de la misma procedencia. También, se hallan en el chocolate negro, pepinillos enlatados y comercialmente están disponibles como suplementos preparados”, acota Argüello.

De esta manera, notamos que esta opción alimentaria está al alcance de quienes se animen a formar parte de sus consumidores.

Prebióticos: familiares de los pro

Los alimentos prebióticos se encuentran los probióticos, “son compuestos no digeribles por parte de nuestro sistema digestivo, pero que benefician al organismo mediante el desarrollo de varias bacterias en el colon, mejorando la salud”, señala el nutricionista Alejandro Argüello. Cuenta que estos habitan en la alcachofa, la banana, las legumbres, el ajo, la cebolla, el puerro, la avena, la cebada, el trigo, entre otros frutos naturales; se clasifican entre los hidratos de carbono similares a la inulina, y se emplean en la gastronomía como sustitutos de azúcares y grasas.

Texto Delia Battilana || dbattilana@abc.com.py

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