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Las lesiones físicas o malformaciones genéticas pueden influir en la imagen corporal de una persona, y afectar su confianza y autoestima gravemente. Sin embargo, existen numerosos procesos para recuperar la figura luego de algún episodio traumático. El Dr. Derliz Mussi, especialista en el área y formado en España, asegura que estas intervenciones son mucho más importantes de lo que uno se imagina. “Cuando se reconstruye un dedo amputado, está en riesgo la capacidad laboral de una persona. Las manos, por ejemplo, son el principal punto de contacto con el mundo y consideradas parte fundamental de nosotros, por lo que es primordial recurrir a un especialista con formación certificada, necesaria para atender situaciones de emergencia. El propósito de la cirugía plástica reparadora es devolverle al cuerpo su forma y funcionalidad afectadas por algún accidente o secuelas de una enfermedad”. Dos de los casos frecuentes en niños son las quemaduras por líquidos calientes y electrocución. “Las quemaduras de tercer grado pueden dejar secuelas importantes. Es habitual también que los niños sufran mordeduras de animales a la altura del rostro, por su estatura similar a la de un perro, por ejemplo”. En caso de sufrir alguna quemadura, cortadura o amputación, el profesional recomienda una reacción inmediata para una reconstrucción efectiva. “Un miembro amputado debe almacenarse inmediatamente en un recipiente con hielo y trasladarse al centro asistencial lo antes posible para ser reconstruido”, aconseja. El entendido explica que las secuelas, como cicatrices —queloides o hipertróficas—, son molestas y, ante golpes simples, pueden generar dolor o inflamación. En algunos casos, inclusive, pueden mutar a un tipo de cáncer asociado.
Mussi destaca, finalmente, que en el aspecto psicológico la reconstrucción devuelve la confianza que se pudo haber perdido por determinadas cicatrices. Asimismo, evita que la persona se aísle socialmente y le permite un desarrollo normal de su vida.