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José Concepción Irala Leite era un joven de 19 años de edad, oriundo de la compañía Ka’aguy Kupe del distrito de 1° de Marzo, ubicado en el departamento de Cordillera.
Estaba iniciando la carrera de técnico en Informática e iba camino al “Campus Universitario” en San Lorenzo para asistir a su segundo día de clases cuando en su trayecto se topó con una persecución policial que iba detrás de dos “motochorros” que antes habían perpetrado un asalto en zona norte de Fernando de la Mora.
Detrás de los delincuentes iban agentes de patrulla de la Comisaría 2ª Central y del Sistema de Emergencias 911 y la persecución duró varios minutos por los callejones de Fernando de la Mora hasta que los marginales salieron sobre la ruta II “Mariscal Estigarribia” y tomaron rumbo hacia la ciudad de San Lorenzo.
Un grupo de efectivos policiales de civil, a bordo de un automóvil particular, seguía muy de cerca a los delincuentes, pero cuando estos llegaron frente al “Campus Universitario”, entraron en el carril contrario y comenzaron a transitar a contramano. Fue entonces que se produjo un tiroteo entre los criminales y uniformados hasta que en medio de la balacera, uno de los proyectiles impactó en el costado derecho del joven José Concepción Irala Leite, quien se encontraba en la acera.
Los “motochorros” aprovecharon la desesperación de los testigos y de los agentes para escapar, mientras que bomberos voluntarios acudieron al lugar y trataron de reanimar al herido. Sin embargo, todo el esfuerzo realizado fue en vano, al percatarse que la víctima ya no presentaba signos de vida.
El origen de la bala asesina
Luego de la trágica muerte del estudiante de Informática, de 19 años, se abrió una carpeta investigativa inicialmente a cargo de la fiscala Blanca Aquino para esclarecer el luctuoso suceso que conmocionó a la ciudad de San Lorenzo y en especial a los alumnos de la UNA que eran allegados al joven infortunado.
El cadáver fue trasladado esa misma tarde a la Morgue Judicial para la extracción de la bala asesina. Sin embargo, se generaron dudas sobre quién disparó el proyectil que acabó con la vida de José Concepción Irala Leite.
La agente del Ministerio Público expresó en su momento a un medio radial que fue un proyectil calibre 9 milímetros lo que ocasionó la muerte del estudiante y que “normalmente es utilizado por efectivos policiales”.
También expresó que existen argumentos confusos sobre cómo sucedió la muerte de Irala Leite, en medio de la refriega.
“Los testigos con quienes hablamos nos dicen que escucharon los disparos, pero que no vieron nada. Con el personal policial que hablé me dice que en ese lugar no hubo enfrentamiento” entre marginales y agentes del orden, dijo Aquino
La fiscala señaló que tampoco se puede descartar que hayan sido los delincuentes quienes dispararon contra el joven, puesto que “hoy en día tienen cualquier tipo de calibre de armas”.
Con el transcurrir de los meses, los trabajos de la investigación permanecieron en la nebulosa y no se ha podido dar con la identidad de los “motochorros” que participaron de la mortal persecución.
Sin esclarecimiento
Al cumplirse en la fecha siete años del luctuoso episodio, el crimen de José Concepción Irala Leite continúa sin ser esclarecido y tampoco se dio con la captura de los involucrados.
Años después del suceso, la fiscala Blanca Aquino fue trasladada a la sede del Ministerio Público en Itauguá, y su unidad quedó a cargo de su colega Christian Roig.