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El comisario Tomás Paredes Palma, imputado por inducir a un subordinado a cometer un hecho punible, y el oficial Guido Amarilla, imputado por tentativa de homicidio doloso, son los dos uniformados que hace casi un año van presentando innumerables incidentes para trabar el proceso que investiga el atraco al PLRA y la muerte de Rodrigo Quintana.
Se podría decir que ambos policías se turnan para ir presentando chicanas. Al iniciarse el caso la fiscala Lorena Ledesma imputó a ambos uniformados y pidió prisión. Sin embargo Paredes Palma y Amarilla, hasta la fecha, no se sometieron a la audiencia de imposición de medidas.
Cuando se inició este proceso por la muerte de Rodrigo, la defensa de los uniformados pidieron dividir el proceso. Querían que el crimen sea investigado por un fiscal y el atraco por otro, esa sui géneris propuesta no corrió.
Por esa razón es que Paredes Palma y Amarilla están siendo actualmente investigados por las fiscalas Teresa Rojas y Marlene González.
La imputación
En su imputación, el Ministerio Público señaló claramente que como derivación de los disturbios que se dieron entre la tarde y noche del 31 de marzo del año pasado por parte de la ciudadanía que se oponía a una eventual enmienda a la Constitución que dé vía libre a la reelección presidencial y que salió a manifestarse a las calles de Asunción, un grupo de policías de Investigación de Delitos, liderados por el comisario Tomás Paredes Palma, llegó hasta la sede del PLRA en los primeros minutos de la madrugada del 1 de abril, poco después de que los antimotines ingresaran al local y realizaran disparos, uno de los cuales mató a Rodrigo Quintana.
Guido Amarilla era el oficial de mayor rango entre los antimotines y según la fiscalía recibió la orden de Paredes Palma, de forzar la puerta del baño de damas del PLRA, donde estaban ocultos dirigentes de ese partido que trataban de escaparse de la ola de violencia que se desató en el sitio.
Imágenes de videos y fotografías captaron los momentos de terror que se vivieron dentro del local partidario y sirvieron como pruebas para que la fiscalía presente las imputaciones en el caso del atraco y también en la muerte del joven liberal Rodrigo Quintana.
Ni bien se dio la imputación contra los policías, comenzaron las trabas.
Guido Amarilla recusó al juez del caso Alcides Corbeta, después le llegó el turno al comisario Paredes Palma, quien hizo lo mismo con la fiscala Teresa Rojas.
También atacaron el acta de imputación. La Cámara de Apelación confirmó al juez y la fiscala, pero las chicanas siguieron una tras otra.
Paredes Palma, por ejemplo, se opuso a que la fiscala Teresa Rojas realice la diligencia en la que iba a retirar el cruce de llamas de la empresa Tigo, sin que ese trámite le afecte, ya que su número de teléfono no estaba citado en el cruce. Luego recusó a la fiscala Rojas.
Muchas fueron las trabas que pusieron los uniformados en casi un año de proceso; la última fue la semana pasada cuando se estaba por llevar a cabo la audiencia de imposición de medidas para Guido Amarilla, el mismo se presentó sin abogado y se truncó la diligencia. Ahora es el “turno” del comisario Paredes Palma, para presentar el siguiente incidente.
Mientras que el caso es trabado a cada paso, a la fiscalía ya se le acaba el tiempo para presentar la acusación en el presente proceso, pero contradictoriamente dos de los procesados todavía no se sometieron ni siquiera a la audiencia de imposición de medidas alternativas.