Necesidad de avanzar en un crecimiento económico, inclusivo y sustentable (*)

Paraguay sigue hoy con los mismos problemas de hace varias décadas: un crecimiento económico moderado y poco sustentable que depende de factores externos, escasa industrialización, precariedad en el empleo, pobreza extrema y desigualdad y alta dependencia de la exportación de materias primas agrícolas y del comercio de reexportación. Todo esto explica que su crecimiento no sea sostenible.

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El PIB per cápita del Paraguay (medida de desarrollo económico) en los últimos sesenta años logró crecer a una tasa muy baja (1,5% entre 1951-2011). En el último período (2003-2012), el crecimiento promedio anual ha sido mayor, pero tan solo de 2,5%, con lo que llevaría 28 años duplicarlo, si no cuenta con políticas de “aceleración” del crecimiento económico.

Para un mayor desarrollo, el Paraguay necesita crecer anualmente entre 5 y 7%, para lo cual los niveles de inversión pública y privada deberían situarse entre 25 y 30% del PIB en forma anual. Ello haría que también el PIB per cápita aumente y necesite de menos años para duplicarse.

La política económica tiene así poco margen para implementar una estrategia de desarrollo sostenible a partir de un crecimiento acelerado. Por eso se plantea la necesidad de una estrategia de mayor industrialización para reducir los niveles de volatilidad del crecimiento económico, proveer de mayor valor agregado a los recursos naturales, generar empleo, formalizar la economía, reducir los altos niveles de exclusión social y aumentar la inversión para sostener el crecimiento económico.

Estrategia de desarrollo industrial

En el marco de una estrategia industrial coherente con su competitividad internacional, Paraguay debe mirar sus ventajas comparativas en el mercado internacional y regional, e iniciar un proceso de despegue industrial focalizado.

En una primera etapa, entre 5 y 10 años, se debe centrar en productos agroindustriales, alimentarios y no alimentarios. Esto permitirá asimismo vincular a la pequeña agricultura o agricultura familiar a las cadenas de valor agro-industriales, contribuyendo con una gran cantidad de nuevos empleos.

En una segunda etapa -que puede iniciar al finalizarse los 5 primeros años-, la estrategia se debe focalizar en sectores no preferentemente agro-industriales, que hagan uso intensivo de mano de obra calificada, que algunos sean intensivos en escala, utilizando más energía eléctrica.

Así se logrará reducir la volatilidad del crecimiento económico, aumentando la participación de las industrias en el PIB, y dando mayor sostenibilidad al crecimiento económico, así como también capacitando a la mano de obra.

Medidas transversales

Con estos puntos, hay medidas transversales importantes: racionalizar el sistema actual de incentivos para las inversiones industriales, basándose en metas y resultados; facilitar la inversión externa directa (IED) a través de lineamientos de la estrategia de desarrollo industrial; y crear una Agencia Nacional de Desarrollo (AND) y Agencias Regionales de Desarrollo (ARDs) para coordinar una política de promoción de la competitividad industrial en el país.

Otro punto importante es el fomento de la productividad y capacidad de las PYMES, para su mayor participación en cadenas agro-industriales y mercado de exportaciones.

Dos últimos desafíos, claves también, son el financiamiento de mediano y largo plazo y la infraestructura. Para lo primero se debe seguir dotando de mayores recursos a la AFD, como agencia financiadora pública de segundo piso e iniciar la reforma del BNF -que aún no ha sido desarrollada-, como banca de primer piso, o reemplazar al mismo con la creación de un Banco Nacional de Desarrollo.

Y en infraestructura, acelerar la pavimentación de rutas de todo el país y contar con terminales aeroportuarias más eficientes para conectar los mercados internos y aprovechar nuevas vías de exportación de los rubros industriales y acelerar la construcción de varias líneas de transmisión de alta potencia. Para todo ello, y frente a las limitaciones de los recursos públicos para financiar estas urgentes obras de infraestructura, las asociaciones público-privadas se vuelven la clave.

Margen

La política económica tiene poco margen para implementar una estrategia de desarrollo sostenible a partir de crecimiento acelerado.

AFD

Se debe seguir dotando de mayores recursos a la AFD, como agencia financiadora pública de segundo piso e iniciar la reforma del BNF.

5 y 7%

Para un mayor desarrollo, el Paraguay necesita crecer anualmente entre 5 y 7% con inversiones entre 25 y 30% del PIB.

(*) Resumen del documento: “Lineamientos para una estrategia de crecimiento económico inclusivo” de Fernando Masi y Francisco Ruiz Díaz, investigador e investigador asociado del CADEP. El primero de una serie de artículos elaborados por “Paraguay Debate” que busca estimular el debate y brindar conocimientos para ayudar a formar opinión pública sobre temas de la agenda nacional.

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